La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Josefa A. Sánchez escribió:Una luz en la ventana es la señal para dar la bienvenida al viajero que pasa por estos versos tuyos. Encantada de entrar.
Un abrazo.
Pepa
Yo abrí la ventana de mi poema y apareciste tu graciosamente.
Hay un pesar insatisfecho
y una descomunal intuición
en esta idea que hoy escribo...
Imagen impecable del hecho creativo...
sólo por destacar algo de ese espléndido todo que es tu poema.
Un placer enorme poder saludarte de nuevo, Guillermo.
Te presento a mi padre, el que está a su lado es mi hijo.
Si los sumas y divides entre dos, obtendrás su promedio...
ese soy yo. Mucho gusto!
Guillermo Cuesta escribió:La lúgubre señal del halo de la noche
oscurece su faz en la clarividencia
del sueño confundido.
El lejano fulgor de las estrellas
pone a prueba la audaz filosofía
de la imaginación,
y se alimenta del poema brujo
que propone, con magia, la palabra
emotiva y el verso afín.
Es hora de finalizar el rezo prohibido,
pues la luz de la vela titilante
desinhibe la fe de los creyentes
mientras la mía espera siempre
que se abra el corazón de los sentidos.
Hay un pesar insatisfecho
y una descomunal intuición
en esta idea que hoy escribo.
Si desconcierta tu razón
por no comparecer con la verdad
olvida mi proclama.
No es eterna la noche… tampoco el día.
Los efectos no desaparecen, se transforman.
Qué paradoja horrenda
saber de eternidad y ser fungible.
El ojo que está alerta velará
en los reflejos azules del cielo
por si la luz apoya
los contrastes de este mundo.
Un poema precioso, Guillermo, con ese punto reflexivo y filosófico que siempre le das a tus poemas.
Tiene luz propia.
Abrazos
Guillermo Cuesta escribió:
Es cierto: seres insignificantes, limitados y finitos concibiendo la eternidad. Es paradójico y terrible al mismo tiempo. Me gusta tu poema, Guillermo. Saludos.
Gracias, Roberto por tu amable visita y por tu comprensivo mensaje.