Poiesis

[Raul Muñoz]

( I )

No entiendo a la poesía,
pero ella sí me entiende:

Arde en sus pupilas la comprensión
iluminando unos ojos muy pequeños,
en comparación con la gran masa
que se extiende sin límite alguno:

Su cuerpo
reblandecido por la melancolía del aire
y cincelado por la soledad del hombre;
desfigurado por horas incandescentes
en las interminables lenguas del fuego,
prestas a convertir el furor del magma
en dóciles y bien aventuradas palabras
que alivien la suerte del desventurado.


( II )

Los poemas vuelan con sus alas rotas;
vienen de la luz para morir en el barro,
como si quisieran abrazar al aire.

Y su dulce canción se desnuda
en el agua tibia de los ojos;
devuelven el brillo a la mirada
y la simiente a la tierra fértil.

Vuelven con su música antigua,
en copiosas lluvias tempranas
que caen por valles y montañas,
abriéndose paso como los besos.

Llevan la confusión del mar
al cuerpo desnudo en el espejo,
que todavía recuerda un rostro.


( III )

Se abren las flores entre los párpados,
cuando entra su luz en el corazón.

La ilusión del tiempo es en la mirada
la perfección; una mampara de agua.

Y es la rosa la belleza,
la ilusión del poema.


( IV )

Veo estambres crepitando en la vela
que gotea, hacia arriba, las pausas
e intermitentes gemidos
de animales fosilizados.

( Los electrones iluminan la fracción cuántica de luz,
irradiada por el iris del ojo retorcido en un poema ).

Veo cómo se deslizan los nutrientes
a través de los intestinos,
y cómo la sangre irradia su luz a los órganos
que palpitan al unísono
cuando las manos descansan en mi vientre.

Siento en mi lengua la corriente de la saliva,
y cómo las palabras irradian su luz en mis ojos
cuando escribo este poema.


( V )

Queda un manto de alfileres;
un deslumbrante mosaico
en los charcos de sangre.

Qué densidad tan fría
en los fluidos.

Cuánto pesa el cuerpo
soñado por el alma.


( VI )

Ya la aguja incandescente atravesó mi lengua.
Ahora supura el azufre por el tejido epitelial,
cuando los ojos alcanzan a ser los senos
pero la boca aún se nutre, en la necesidad.

En la carne clavó su aguijón la poesía;
ella no comprende límites.

[Lunamar Solano]

Un místico borbotón que recorre los sentidos y emite su fulgor para luego desvenecerse en el silencio... disfruto ese encuentro, tan próximo...
Bellos y vibrantes versos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Nimaos Llombart]

-¿Mas el arte?..
-Es puro juego,
que es igual a pura vida,
que es igual a puro fuego.
Veréis el ascua encendida.


Mi sincero voto de admiración y un fuerte abrazo estimado Muñoz. Aprecio el gran valor de tu participación.

Gracias.


O. Llombart.

[Raul Muñoz]

Un místico borbotón que recorre los sentidos y emite su fulgor para luego desvenecerse en el silencio... disfruto ese encuentro, tan próximo...
Bellos y vibrantes versos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias Lunamar por comentar, me alegro de que te haya gustado.

Un abrazo, amiga

[Raul Muñoz]

-¿Mas el arte?..
-Es puro juego,
que es igual a pura vida,
que es igual a puro fuego.
Veréis el ascua encendida.


Mi sincero voto de admiración y un fuerte abrazo estimado Muñoz. Aprecio el gran valor de tu participación.

Gracias.


O. Llombart.

Gracias Osmani, me enorgullece tu aprecio.

Mi admiración y un abrazo, amigo.

[Rafel Calle]

Hermoso e interesante trabajo de Raul.

[Miguel Ángel Martínez Góm]

Exquisitos versos, Raul, que demuestra que posees una gran sensibilidad.
Un abrazo.

[Pilar Morte]

Todos los sentidos se unen para dar luz a este sensitivo poema. Un despliegue de sensibilidad.
Besos
Pilar

[Raul Muñoz]

Hermoso e interesante trabajo de Raul.

Gracias Rafael por tu paso por el poema.

Un abrazo, amigo.

[Raul Muñoz]

Exquisitos versos, Raul, que demuestra que posees una gran sensibilidad.
Un abrazo.

Muchas gracias Miguel Ángel, me alegro que te interese el poema.


Un abrazo, amigo.

[Raul Muñoz]

Todos los sentidos se unen para dar luz a este sensitivo poema. Un despliegue de sensibilidad.
Besos
Pilar

Gracias Pilar, me alegro de que sea de tu agrado.

Un abrazo, amiga.

[Guillermo Cumar.]

Un metapoema de la vida, vivo obediente a tu sentir y a tu pluma.

un abrazo

[Raul Muñoz]

Un metapoema de la vida, vivo obediente a tu sentir y a tu pluma.

un abrazo

Agradecido, Guillermo por tu visita.

Un abrazo, amigo.

[Josefa A. Sánchez]

La palabra se pone a tu servicio para crear un metapoema rico y lleno de matices. Un placer leerte.
Un abrazo.
Pepa

[E. R. Aristy]

( I )

No entiendo a la poesía,
pero ella sí me entiende:

Arde en sus pupilas la comprensión
iluminando unos ojos muy pequeños,
en comparación con la gran masa
que se extiende sin límite alguno:

Su cuerpo
reblandecido por la melancolía del aire
y cincelado por la soledad del hombre;
desfigurado por horas incandescentes
en las interminables lenguas del fuego,
prestas a convertir el furor del magma
en dóciles y bien aventuradas palabras
que alivien la suerte del desventurado.


( II )

Los poemas vuelan con sus alas rotas;
vienen de la luz para morir en el barro,
como si quisieran abrazar al aire.

Y su dulce canción se desnuda
en el agua tibia de los ojos;
devuelven el brillo a la mirada
y la simiente a la tierra fértil.

Vuelven con su música antigua,
en copiosas lluvias tempranas
que caen por valles y montañas,
abriéndose paso como los besos.

Llevan la confusión del mar
al cuerpo desnudo en el espejo,
que todavía recuerda un rostro.


( III )

Se abren las flores entre los párpados,
cuando entra su luz en el corazón.

La ilusión del tiempo es en la mirada
la perfección; una mampara de agua.

Y es la rosa la belleza,
la ilusión del poema.


( IV )

Veo estambres crepitando en la vela
que gotea, hacia arriba, las pausas
e intermitentes gemidos
de animales fosilizados.

( Los electrones iluminan la fracción cuántica de luz,
irradiada por el iris del ojo retorcido en un poema ).

Veo cómo se deslizan los nutrientes
a través de los intestinos,
y cómo la sangre irradia su luz a los órganos
que palpitan al unísono
cuando las manos descansan en mi vientre.

Siento en mi lengua la corriente de la saliva,
y cómo las palabras irradian su luz en mis ojos
cuando escribo este poema.


( V )

Queda un manto de alfileres;
un deslumbrante mosaico
en los charcos de sangre.

Qué densidad tan fría
en los fluidos.

Cuánto pesa el cuerpo
soñado por el alma.


( VI )

Ya la aguja incandescente atravesó mi lengua.
Ahora supura el azufre por el tejido epitelial,
cuando los ojos alcanzan a ser los senos
pero la boca aún se nutre, en la necesidad.

En la carne clavó su aguijón la poesía;
ella no comprende límites.

Esplendidas imagines, Raul. Vas a la semilla de Poiesis, y creas poesia. Un abrazo, ERA