Debajo de mi almohada dejo mis sueños
al despuntar el alba, al comienzo de
un nuevo día, con impaciencia abandono mi cálido
refugio después de una noche de fantasía
donde mis quimeras se ligaron a las tuyas,
pero sólo así te puede hacer mío.
Las horas pasan y mi rutina diaria
se desliza al igual que las manecillas
de un cansado reloj, que me recuerda
a cada momento tu triste partida
dejándome más vacía que antes,
más vacía que ahora, llorando tu silencio.
Lucho contra la soledad, contra la sombra
que me atosigan, me persiguen y no logro
defenderme y luchar para liberarme de ellas.
Tu egoísmo me fundió en esta oscuridad,
pero la fe y la esperanza me traerá de nuevo
las ganas de batallar y seguir un camino nuevo
que se que me espera, el abandono…la sombra
no serán mis enemigas sino los polizontes
que me traigan de nuevo la felicidad…la esperanza,
y ya no buscaré consuelo en mi almohada,
en cada noche de mi vida.
Ligia Rafaela