y me abrazo fresca y libre
–así lo quiero-
a tu tronco nudo y lazo soslayando lo imposible del encuentro.
Y dejo silbar el viento alrededor de mi falda,
mientras,
color salitre,
las olas perfuman las vereditas que se me estrechan
o se me agrandan
(al cabo, son femeninas)
para urdirnos esta cita y acaricien mis ajorcas de tu tronco la aspereza.
Y porque soy mujer
-despacito soy constante-,
nos comeremos la luna,
uno y una,
acariciando las ramas,
tú ,cerezo
y yo
transgrediendo toda regla,
yedra de mí,
cereza.
(Que así sea, en LIBERTAD, como se entregue la mujer al hombre, el hombre a la mujer, que así sea, sabiendo respetar la individualidad de cada ser, como nos amemos)
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