
Ya no puedo seguir rimando versos
voy notando que pierdo facultades
y cometo los fallos más adversos
y escribo sin querer frivolidades.
Es muy triste la muerte de un poeta
y es que el fuego encendido por las musas
se ha extinguido de forma tan completa
que mis noches son negras y confusas.
Y la pluma olvidada en el tintero
será el mudo testigo que pregone
el final de un poético sendero
al decir que mis versos abandone.
Yo no sé si podré vivir sin rimas
pues tendré que asumir penas y grimas.