Yo te invento vulnerable y tierno
-cocuyo desertor de este hábitat-
y apelo a los secretos de tu boca
en cada gestación de los códigos que dictas
como murallas desgajadas sin derecho y sin razón
en el territorio de la desolación mortal,
señora de condición pública y distante.
En ti no hay más trayecto que la subsistencia y pasas
arrojando a tu paso raudales de vergüenza
en tus vanos intentos por doblegar mi vida.
No exalto tu cobardía tenebrosa,
hombre tronco,
hombre dominio,
señor de feudo irreal;
sino tu insólito y sombrío éxodo,
tu impuesta compañía maldecida.
Sin embargo,
llevando sobre los hombros mis errores
me extinguiré también…
… como las playas.
---
©MAR – Mayo2014
Puede que no se parezca tanto al tuyo, quizá sólo el "Yo te invento" pero me acordé y hoy, para ti con mi cariño y un capazo de abrazos
