Mis mascotas.

Cuentos, historias, relatos, novelas, reportajes y artículos de opinión que no tengan que ver con la poesía, todo dentro de una amplia libertad de expresión y, sobre todo, siempre observando un escrupuloso respeto hacia los intervinientes.

Moderador: Hallie Hernández Alfaro

Hallie Hernández Alfaro
Mensajes: 19647
Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20

Re: Mis mascotas.

Mensaje sin leer por Hallie Hernández Alfaro »

Dark Moon Walker escribió:Por mascotas, desde hace mucho tiempo, he tenido dos gatos y un perro, un gato macho y otro hembra que no se suelen acercar a mi cuarto pues, en mi cama, duerme el perro. Pero hace unos días, tumbado en mi cama, viendo una película, acostado junto a mi perro, escuché unos extraños ruidos, como si algo estuviera royendo. En ese momento mi perro, de sangre cazadora, saltó de la cama y se puso a olisquear el escritorio sin pausa. Yo imaginé que sería cualquier bicho, comiéndose unas galletas que había dejado, y no le di la mayor importancia, inclusive, me olvidé de ello.
A la noche siguiente escuché más ruidos, y corriendo fue mi perro a investigarlo. Así que, por curiosidad, encendí la luz y me puse a escudriñar por dónde mi perro me indicaba. Después de mucho mirar, con cuidado para lo que fuera no se espantara, levantando la tela que cubre mi impresora, vi una pequeña cabecita que me miraba con una inocente mirada roedora. Sí, un pequeño y simple ratón es lo que había invadido mi cuarto.
Buscando con qué atraparlo sin hacerle daño ni que me mordiera. El pequeño ratón, tras un salto de mi perro, brincó del mueble en que estaba al suelo, escaló por los cables de mi ordenador hasta el escritorio, y se metió en su perfecto refugio, el hueco por el que salen los bajos de mis altavoces. Una madriguera elegida a conciencia, pues su entrada es recta pero después tiene una curvatura que da a parar al interior de la caja. Sin duda, para él, un sitio muy confortable.
Dado a que no iba a desarmar el altavoz para después salir corriendo detrás de mi pequeño okupa, ideé un asedio. Dejé de dejar comida en el cuarto para que tuviera que marcharse.
Con el tiempo, recordando esa cabecita de bigotes asustados y mirada tan, tan limpia, fue cayéndome bien el ratón, al reflexionar que qué más me daba a mí tener otra mascota, y más una que me comía tan poco y me daba tan pocos problemas. Por lo que, poco a poco, fui acariciando la idea de adoptarlo. Ponerle nombre, tal vez, y dejarle que comiera algo. Pero fue tarde y, cómo no, en vano.
Lo acaba de matar mi perro, tras correr por todo el cuarto. Yo no hice nada, simplemente decidí que se las entendieran entre ellos, al fin y al cabo ni soy dios ni puedo quitarles su naturaleza. Después de muerto, lo cogí por el rabo y lo tiré al jardín por mi ventana. Y ahora aquí fumando, me pregunto por mi humana naturaleza, mientras mi perro huele sin parar el suelo manchado de sangre.
Magnífico relato, Dark. La humana naturaleza, tan acomodaticia y peculiar; tan pobremente valerosa muchas veces; tan desvanecida y roedarora también. Leyes biológicas, ecosistemas darwinianos, humos que van y vienen desde la estufa hasta el cigarrillo más narrativo.

Salud y felicidad, amigo.
.
"He guardado la Luna en los cajones
por si vuelves de noche que te alumbre;
no te tardes, papá, que sin la lumbre
de tu amor no se encienden los fogones.'"

Esta cárcel sin ti, Ramón Olivares
Responder

Volver a “Foro de Prosa”