Será que yo te inventé

[Ramón Carballal]

Hablar de la magia
es como hablar de uno mismo.

El laberinto surge con rosas en la frente
y llama a la fragilidad
y le da un nombre de mujer.

Yo espié los pasos curiosamente alados,
un cuerpo que no hallara en mí respuesta,
el perfil que huye entre las calles
como una luz imposible.

Tu magia es no ser tú,
mi voz en tu voz
como una ligazón que sólo yo comprendo,
la multitud
que te hace noble
cuando la lluvia agrede tu silencio.

Nunca los trenes llegarán tarde
porque tú vives en tu rododendro
[tab=30][tab=30][tab=30] blanco
como una estatua
[tab=30][tab=30][tab=30] amarga.

El futuro se vistió de almanaques
con ecos de insolencia,
al volver a la desnuda huella
aún reconozco la insoportable herida del cazador
que yace inmundo
sobre sus
[tab=30][tab=30][tab=30]sueños.

Yo no sé si hay magia en recordarte,
sólo entiendo
[tab=30][tab=30][tab=30] el baile de tus manos,
la mirada infinita,
el roce casual en mi sexo alegre,
el adiós que se instala en la piel
como un tatuaje
que jamás
[tab=30][tab=30] morirá.

[Rafel Calle]

Muy bello poema de Ramón.

[Carmen Pla]

Siempre un placer leerte, Ramón.

Me parece un gran poema.

Abrazo.

[Pilar Morte]

Siempre hay algo de inventiva y tú la expresas con acierto y belleza. Me gustó mucho el poema.
Besos
Pilar

[Julio Gonzalez Alonso]

Hablar de la magia
es como hablar de uno mismo.

El laberinto surge con rosas en la frente
y llama a la fragilidad
y le da un nombre de mujer.

Yo espié los pasos curiosamente alados,
un cuerpo que no hallara en mí respuesta,
el perfil que huye entre las calles
como una luz imposible.

Tu magia es no ser tú,
mi voz en tu voz
como una ligazón que sólo yo comprendo,
la multitud
que te hace noble
cuando la lluvia agrede tu silencio.

Nunca los trenes llegarán tarde
porque tú vives en tu rododendro
[tab=30][tab=30][tab=30] blanco
como una estatua
[tab=30][tab=30][tab=30] amarga.

El futuro se vistió de almanaques
con ecos de insolencia,
al volver a la desnuda huella
aún reconozco la insoportable herida del cazador
que yace inmundo
sobre sus
[tab=30][tab=30][tab=30]sueños.

Yo no sé si hay magia en recordarte,
sólo entiendo
[tab=30][tab=30][tab=30] el baile de tus manos,
la mirada infinita,
el roce casual en mi sexo alegre,
el adiós que se instala en la piel
como un tatuaje
que jamás
[tab=30][tab=30] morirá.

Impecablemente contado y hermoso, siempre hermoso. Felicidades, Ramón.
Salud.

[Ramón Carballal]

Muy bello poema de Ramón.

Gracias, Rafel, por tu amable comentario. Un abrazo.

[Ramón Carballal]

Siempre un placer leerte, Ramón.

Me parece un gran poema.

Abrazo.

Gracias, Carmen, eres muy generosa. Un abrazo.

[Óscar Distéfano]

El poema es completo y bello. Me gusta mucho el argumento, los versos que van revelando el rostro de la mujer amada. Y me ha parecido ver un decidido perfeccionamiento del aspecto formal: de esta forma estructural se lee mejor, se aprecian los bloques de las cláusulas, y el lector disfruta de esas pausas estróficas para una aprehensión serena del poema. Mis aplausos.

Un abrazo, amigo.
Óscar

[J. Paz]

Este poema, de nuevo, es precioso, Ramón. Felicidades y gracias siempre por compartir belleza.

Feliz día y un abrazo,

Judit

[Guillermo Cumar.]

Muy cálido y poético tu invento, amigo. un placer de lectura.

Mi abrazo y felicitación

[Ricardo Serna G]

Ramón


Belleza plena, maestro


Un abrazo fuerte

[Ramón Carballal]

Siempre hay algo de inventiva y tú la expresas con acierto y belleza. Me gustó mucho el poema.
Besos
Pilar

Gracias, Pilar, eres muy amable. Un beso.

[Ramón Carballal]

Hablar de la magia
es como hablar de uno mismo.

El laberinto surge con rosas en la frente
y llama a la fragilidad
y le da un nombre de mujer.

Yo espié los pasos curiosamente alados,
un cuerpo que no hallara en mí respuesta,
el perfil que huye entre las calles
como una luz imposible.

Tu magia es no ser tú,
mi voz en tu voz
como una ligazón que sólo yo comprendo,
la multitud
que te hace noble
cuando la lluvia agrede tu silencio.

Nunca los trenes llegarán tarde
porque tú vives en tu rododendro
[tab=30][tab=30][tab=30] blanco
como una estatua
[tab=30][tab=30][tab=30] amarga.

El futuro se vistió de almanaques
con ecos de insolencia,
al volver a la desnuda huella
aún reconozco la insoportable herida del cazador
que yace inmundo
sobre sus
[tab=30][tab=30][tab=30]sueños.

Yo no sé si hay magia en recordarte,
sólo entiendo
[tab=30][tab=30][tab=30] el baile de tus manos,
la mirada infinita,
el roce casual en mi sexo alegre,
el adiós que se instala en la piel
como un tatuaje
que jamás
[tab=30][tab=30] morirá.

Impecablemente contado y hermoso, siempre hermoso. Felicidades, Ramón.
Salud.

Gracias, Julio, por la lectura y las amables palabras. Un abrazo.

[Ignacio Mincholed]

Ramón, esos dos primeros versos fijan la mirada y ya la hacen otra, la hacen girar buscando.

Felicidades. Un abrazo.
Ignacio

[Manuel Alonso]

La magia de tus versos amigo, un placer y un abrazo.