Cuerpo

[Carmen López]

Mis brazos son dos árboles crecidos
a ambos lados de mi cuerpo,
se afanan por tocar un cielo
que ya sé de antemano perdido.

Mis pies se fijan fuertemente al suelo
por miedo a que la gravedad no exista
y todos los sueños perpetrados en la noche
me hagan volar en el infarto de una madrugada impune.

Mis ojos custodian la mirada
que nunca le otorgue a tus ojos,
el párpado resignado ante la oscuridad más sinuosa,
sabedor de que la luz está en otra retina.

Mi boca es el llanto de nombrarte,
un país vencido por la lluvia,
el lenguaje de un corazón torpe
el dialecto furtivo del amor más pútrido.

Mi piel es una duna
perdida en tu desierto de agua,
la sed que no encuentra
paradero entre tus labios.

Mi mente es una sucesión de pasados
que nunca han sucedido,
una plantación ilegal de deseos
que nacieron medio marchitos.

Mi corazón es una muralla de emociones
con vistas hacia el foso,
un paraíso sin puentes levadizos,
el castillo sin torre ni princesa.

Mi cuerpo todo se ha exiliado
en la trinchera de tu cuerpo,
esperando firmar un armisticio,
la bandera blanca de tu cuerpo.

[Pilar Morte]

Espero y deseo que estos versos sean pasajeros y regrese la luz al horizonte.
Un poema con imágenes hermosas que, a pesar de su tristeza, me ha gustado leer
Besos
Pilar

[M. Sánchez]

Preciosas semejanzas para un estado de ánimo. Me gusta leer siempre tu poesía. Ya te lo he dicho más de una vez: porque sé que es tuya.

Un fuerte abrazo, amiga.

[curra anguiano]

Como dice rosa, esperamos que sea un bajos pasajero

Mil besos
amiga

Curra

[Manuel Alonso]

La bandera blanca de tu cuerpo, un magnífico final para un hermoso poema, amiga, un placer y un abrazo.

[Hallie Hernández Alfaro]

Mis brazos son dos árboles crecidos
a ambos lados de mi cuerpo,
se afanan por tocar un cielo
que ya sé de antemano perdido.

Mis pies se fijan fuertemente al suelo
por miedo a que la gravedad no exista
y todos los sueños perpetrados en la noche
me hagan volar en el infarto de una madrugada impune.

Mis ojos custodian la mirada
que nunca le otorgué a tus ojos,
el párpado resignado ante la oscuridad más sinuosa,
sabedor de que la luz está en otra retina.

Mi boca es el llanto de nombrarte,
un país vencido por la lluvia,
el lenguaje de un corazón torpe
el dialecto furtivo del amor más pútrido.

Mi piel es una duna
perdida en tu desierto de agua,
la sed que no encuentra
paradero entre tus labios.

Mi mente es una sucesión de pasados
que nunca han sucedido,
una plantación ilegal de deseos
que nacieron medio marchitos.

Mi corazón es una muralla de emociones
con vistas hacia el foso,
un paraíso sin puentes levadizos,
el castillo sin torre ni princesa.

Mi cuerpo todo se ha exiliado
en la trinchera de tu cuerpo,
esperando firmar un armisticio,
la bandera blanca de tu cuerpo.

Qué poema tan impresionante, Carmen. Lo he leído varias veces, en diferentes momentos; duele, golpea, descentra. Es como asistir a uno de esos performances donde eres en medio de los expectadores, donde de pronto árbol, verso, aorta, son propiedades absolutas del ser más íntimo. Se va construyendo a sí mismo, desvelado, ártico, pleno de gestos...

Un gran abrazo lleno de admiración.

[Mitsy Grey]

Una gran muestra de tu arte, poetisa, porque quién sino su propia autora
podría expresar mejor esa especie de dolencia interna que le obliga a estar
atada a la tierra, cuando su alma en letra, ansía despegarse en vuelo.

Grande,Carmen...felicidades y un beso.

Mitsy

[Josefa A. Sánchez]

El cuerpo como paisaje de la tristeza. Un placer la lectura.
Un abrazo.
Pepa

[Carmen López]

Espero y deseo que estos versos sean pasajeros y regrese la luz al horizonte.
Un poema con imágenes hermosas que, a pesar de su tristeza, me ha gustado leer
Besos
Pilar

Gracias Pilar, me alegra si te gustó leerlo, es lo máximo que aspira cualquier poema. Gracias por el comentario y tu valioso tiempo.

Besos.

Carmen

[Carmen López]

Preciosas semejanzas para un estado de ánimo. Me gusta leer siempre tu poesía. Ya te lo he dicho más de una vez: porque sé que es tuya.

Un fuerte abrazo, amiga.

A mí, me gusta encontrarte en mi ventana, Manuel, me alegra y te agradezco mucho tu presencia, amigo mío.

Un abrazo de los grandes.

Carmen

[Carmen López]

Como dice rosa, esperamos que sea un bajos pasajero

Mil besos
amiga

Curra

Gracias, Curra, por el comentario solidario que dice mucho de ti, por tu tiempo para el poema.

Muchos besos.

Carmen

[Carmen López]

La bandera blanca de tu cuerpo, un magnífico final para un hermoso poema, amiga, un placer y un abrazo.

Hola Manuel, vengo yo de leer uno tuyo, luego me paso a comentar, me alegra el comentario y el tiempo para el poema.

Un abrazo grande.

Carmen

[Carmen López]

Mis brazos son dos árboles crecidos
a ambos lados de mi cuerpo,
se afanan por tocar un cielo
que ya sé de antemano perdido.

Mis pies se fijan fuertemente al suelo
por miedo a que la gravedad no exista
y todos los sueños perpetrados en la noche
me hagan volar en el infarto de una madrugada impune.

Mis ojos custodian la mirada
que nunca le otorgué a tus ojos,
el párpado resignado ante la oscuridad más sinuosa,
sabedor de que la luz está en otra retina.

Mi boca es el llanto de nombrarte,
un país vencido por la lluvia,
el lenguaje de un corazón torpe
el dialecto furtivo del amor más pútrido.

Mi piel es una duna
perdida en tu desierto de agua,
la sed que no encuentra
paradero entre tus labios.

Mi mente es una sucesión de pasados
que nunca han sucedido,
una plantación ilegal de deseos
que nacieron medio marchitos.

Mi corazón es una muralla de emociones
con vistas hacia el foso,
un paraíso sin puentes levadizos,
el castillo sin torre ni princesa.

Mi cuerpo todo se ha exiliado
en la trinchera de tu cuerpo,
esperando firmar un armisticio,
la bandera blanca de tu cuerpo.

Qué poema tan impresionante, Carmen. Lo he leído varias veces, en diferentes momentos; duele, golpea, descentra. Es como asistir a uno de esos performances donde eres en medio de los expectadores, donde de pronto árbol, verso, aorta, son propiedades absolutas del ser más íntimo. Se va construyendo a sí mismo, desvelado, ártico, pleno de gestos...

Un gran abrazo lleno de admiración.

Gracias, Hallie, lo ha definido Pepa, abajo, como yo lo concebí exactamente, un paisaje triste....Me alegra si te gustó, y te agradezco tu siempre generoso comentario, el aliento que reside en tu persona y que con tanta generosidad compartes con todos.

Un gran abrazo y toda la felicidad.

Carmen

[jose manuel saiz]

Una deliciosa singladura, que no por triste, deja de ser hermosa. Una original forma de decir lo que nunca acaba de decirse.
Te felicito Carmen. Precioso.
Un abrazo.
J. Manuel

[Guillermo Cumar.]

El cuerpo reflejado y restituido para sacar provecho del temor y de los miedos.
Estupendamente configurado y construido.
Un abrazo