Manuel Sánchez escribió:Qué bien saben soñar algunas tardes tenues
que han quedado traspuestas.
De dónde habré venido, tan estereotipado,
con este rostro extraño de viajero
y estas lunas de miel en la camisa
que parecen romper el ritmo del idioma,
y cerrar de repente un laberinto.
No sé escribir poemas. Ni bañarme en un agua de partículas simples.
Ni he encontrado jamás
ese lugar feliz
donde las golondrinas se suicidan ,o la estación nevada
en la que se prohíbe el equipaje
para que hacer el bien ya no ocupe lugar. Pero en cambio
reconozco enseguida
la falta de costumbre
de mirar a la vida desde lejos, aquellas desnudeces
con sabanas de lino
que quisieron llegar para marcharse, la estrofa de mil versos
que alguien lee entre líneas,
la falta de placer, el mal de ojo.
Y todo porque un año
quise vivir, de pronto, indefinidamente.
No, no hace daño cuestionar la identidad poética, la eternidad de todo lo transitivo, la Gracia de todo lo absurdo. Es un poema que confirma la sensibilidad y la imaginación como los poderosos ingredientes para alcanzar La Belleza. Gracias, Manuel por desear vivir indefinidamente! Un abrazo, ERA