En Collioure

[Vicente Fernández-Cortés]

Estos días azules y este sol de mi infancia
esta luz cenital que me ilumina
no son mi trinchera ni mi guerra
la antorcha funeral del holocausto.
Protegeré tu duelo, patria mía
resuelto en la orfandad del abandono
sobre el fúnebre son del infortunio.
Un resplandor torcido y homicida
tornó en estruendo la paz de tus silencios
como un rayo asimétrico y sonoro.
Y acunaré tu llanto en esta orilla
ligero de equipaje, dolido en dos mitades
la una en tierra extraña, la otra en tus quebrantos.

Estos días azules y este sol de mi infancia
no son ya los candiles que me alumbran
ni la fiel llamarada del farero
sino el vano fulgor de mi tristeza
y el postrero destello que me habita.




Ya conocéis la existencia de este verso encontrado en el abrigo de D. Antonio Machado tras su fallecimiento en Collioure, localidad francesa donde se exilió tras terminar la vergonzosa guerra civil que asoló España. Apelo a vuestra indulgencia por este atrevimiento que me permito a modo de homenaje a su memoria.

[Guillermo Cumar.]

En Colliure acabó el recorrido vital del poeta sevillano.
"Estos días azules y este sol de mi infancia" es el verso póstumo de un testamento
poético que fue dejando día adía dentro y fuera de los sudores de España.
Resucita su sentir en su amada España aunque no pudo recorrer de nuevo
esos Campos de Castilla que otros poetas en su nombre recorrieron luego.

Antonio Machado y la poesía han sido agradablemente honrados por este
homenaje tuyo, que yo aplaudo.

[Pilar Morte]

Hermoso homenaje pleno de sentido y belleza.
Abrazos
Pilar

[Hallie Hernández Alfaro]

Con una sensibilidad y belleza fuera de serie, querido amigo.

Abrazos y gracias miles por compartir.

[Raul Muñoz]

Precioso homenaje, Vicente. Machado lo aplaudiría y yo también lo aplaudo.

Mi enhorabuena y gracias por compartir.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Creo sinceramente que has escrito un hermoso homenaje, Vicente, el sabor de Antonio Machado se esparce por tus versos, la tristeza del final se toca con el alma. En cierta forma haces lo que Antonio cuando escribió el poema a la muerte de Darío, quisó sentir a la manera de él y lo logró, tú también lo has logrado trayéndonos la atmósfera de un exilio sin esperanza y la humildad infinita que abrigaba el poeta.

Un abrazo.

[Rafel Calle]

Muy bello poema de Vicente.

[Vicente Fernández-Cortés]

En Colliure acabó el recorrido vital del poeta sevillano.
"Estos días azules y este sol de mi infancia" es el verso póstumo de un testamento
poético que fue dejando día adía dentro y fuera de los sudores de España.
Resucita su sentir en su amada España aunque no pudo recorrer de nuevo
esos Campos de Castilla que otros poetas en su nombre recorrieron luego.

Antonio Machado y la poesía han sido agradablemente honrados por este
homenaje tuyo, que yo aplaudo.

Muchas gracias, Guillermo, por tu lúcida respuesta.

Un abrazo.

[María José Honguero Lucas]

Sentido homenaje al poeta, Vicente, con esa pasión y sensibilidad que te caracteriza.
A mí, ya lo sabes bien, tu poesía me "pone de aquella manera", que tú dirías.
Te mando un abrazo

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un hermosísimo y entrañable homenaje de un poeta grande actual a un poeta eterno.
El gran lirismo del poeta actual promete también eternidad.

Todo un placer de lectura, amigo Vicente.

Un fuerte abrazo.

[curra anguiano]

Absolutamente genial !!!

Mil besos y mil gracias

Curra

[Vicente Fernández-Cortés]

Hermoso homenaje pleno de sentido y belleza.
Abrazos
Pilar

Tu elogio, PIlar, conforta al poeta. Muchas gracias.

Un abrazo.

[Vicente Fernández-Cortés]

Con una sensibilidad y belleza fuera de serie, querido amigo.

Abrazos y gracias miles por compartir.

Vaya mi gratitud, querida amiga, por ese comentario grato y reconfortante.

Un abrazo.

[Mitsy Grey]

Grande tu homenaje a otro grande, como más grande aún, el espíritu poético que a ambos los domina. Felicidades, poeta.

'Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido
-ya conocéis mi torpe aliño indumentario-;
mas recibí la flecha que me asignó Cupido
y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada...'

Sí, ése, era Machado...!

Cariños. Mitsy

[Josefa A. Sánchez]

Se siente cercano y vivo al poeta en tus versos y ese es el mejor homenaje posible. Un lujo de lectura.
Un abrazo.
Pepa