[color=#632423]E. R. Aristy escribió:Estas caricaturas que nos traes últimamente, son muy ingeniosas, Llombart. El poema me parece una sátira muy interesante. Vivimos saturados de opiniones y de consejos de expertos, y demás yerbas. Es cierto, hay un punto de condensación que nos congela el alma, aun en medio de un verano esplendoroso. Tanta información y desinformación, si esa palabra existe. Estamos hartos y dando vueltas como un trompo. El poema rezuma cinismo y desencanto. Estas cosas no son un chiste, es una realidad grave que deambula por las calles. Hay que ver por uno mismo, una autopsia personal. In situ, In vitro, esos términos también aluden a la disparidad entre la vida y la muerte. Me gusta este poema por sus sugerencias, y por dejar el sabor exacto de la semilla que crece y se hace un fruto gustoso, con sus magullones, en contraste con la fruta injerta, mas grande, mas hermosa que la realidad, pero que no sabe a nada.[/color]
ERA
Estimada ERA:
Agradezco sinceramente este interesante pero reflexivo comentario, que no se queda en el suicidio moral de la etiqueta contemplativa. El mismo Gil Arbert, otro poeta excepcional, considera que "
olvidar que todos somos en cuanto a lo social, poetas de transición es olvidar demasiado..." Sin embargo, tienes razón: tenemos "
una realidad grave", porque al vivir en una sociedad que busca por sobre todas las cosas, el beneficio inmediato, es obvio que los servidores del álter ego estén en nuestra novela, como en todas las escenas de nuestra ordinaria vida, porque vivimos también en una sociedad seducida por los poderes económicos que gobiernan la voluntad ajena y de todos nuestros personajes imaginarios que conforma la perfección de nuestro mundo real, pero el ficticio. Entonces, el que tiene dinero o voluntad de sacrificio para empeñar lo que no tiene, publica un libro, y no pocos se compran la crítica emancipada de cualquier jurado mansamente arrastrado por la gula o los banquetes de algunos círculos de piña literaria. Pero como dice Francisco León, por la mera espectacularización del ego, han llegado a dar obra de verdadera calidad espiritual, (pese algunos ejemplos "con larga prosapia en España) lo han hecho de una parte, al precio de una burda vulgarización de sus mensajes morales...", pero es justamente el reflejo que proyecta el espejo cívico de nuestra realidad reinante. No tiene nada de extraño que hoy nuestra jerga "teológica" (poesía como conocimiento y como salvación) no lleve como inscripción primaria el tono del criterio crítico más descarnado, pero también con su aguzada arma de la ironía, y como perfectamente lo afirman tus palabras: "
poema (que) rezuma cinismo y desencanto". Porque recoge el apéndice o la extensión de ese elemento constitutivo de nuestro entorno mundanal de vida, de la que el arte y la poesía en general se ocupan.
Gracias por tu gran apoyo inteligente, amiga Era. Recibe un beso sinceramente agradecido.
O. Llombart.
Desde mi óptica personal tengo el derecho de ver al mundo a mi manera y sin tener que coincidir con el aumento o la miopía de otras perspectivas.
El poeta "incorrecto" es el mejor ademán de la poesía.
O. Llombart.