Los rostros del fuego

[Macedonio Tracel]

Los rostros del fuego

Así que se retuerce como un ajuste de tierra, como unos pequeños textos perdurando ahora que vengo seguido a estar tras los anteojos. Sé coordinar entusiasmos súbitos y cortos con la tarea del enfoque. Son cosas que se explican sencillamente porque abren alguna luz y entonces la lluvia en la boca es de antes y las quejas son de antes. No importa si estaba solo, si este era todo el frío, igual pude juntarme alrededor. Las escamas bailan, gastan los colores del árbol que menos hojas tiene. Un soplo holgado y subterráneo consigue tiempo en las veces de bronce de este centro demorado. Extranjero. Ya me adueñé de los ruidos, de las trampas, supuse que un reflejo pendular prueba esta vez brillos rojos danzando, una forma de ocultación que es eso que se acerca a los ojos y los moja. Eso que sucede antes del enojo. Un ámbar vidrioso que sube a tapar palabras en cada resquicio y luego los tumba rojo pardo.
Reflejo oscuro, quedé mirando el fuego largo rato, sobre todo, los plásticos enroscándose como cabezas cayendo hacia fuera del calor. El humo apurado es viscoso y seco, sube lleno de malsanas certidumbres, de premuras perdidas para siempre.
Algo tan igual a la luz se termina ordenando o sus claves pueden ser las obsesiones, otros maltratos que por fin se han vuelto insípidos y tolerantes como la ceniza.

[Hallie Hernández Alfaro]

Impactante la escena que se dibuja en nuestro cerebro- lector. Rostros de fuego que desfilan aturdiendo el placebo de la inercia. La afectividad arde casi con sonoridad; no hace concesiones, no mira hacia atrás. Además el texto contiene una belleza singular, irrigadora, libre.

Una colmena de poesía que derrite al mismísimo Prometeo.

Abrazo, hermano-responsabilidad.

[Óscar Distéfano]

Los rostros del fuego

Así que se retuerce como un ajuste de tierra, como unos pequeños textos perdurando ahora que vengo seguido a estar tras los anteojos. Sé coordinar entusiasmos súbitos y cortos con la tarea del enfoque. Son cosas que se explican sencillamente porque abren alguna luz y entonces la lluvia en la boca es de antes y las quejas son de antes. No importa si estaba solo, si este era todo el frío, igual pude juntarme alrededor. Las escamas bailan, gastan los colores del árbol que menos hojas tiene. Un soplo holgado y subterráneo consigue tiempo en las veces de bronce de este centro demorado. Extranjero. Ya me adueñé de los ruidos, de las trampas, supuse que un reflejo pendular prueba esta vez brillos rojos danzando, una forma de ocultación que es eso que se acerca a los ojos y los moja. Eso que sucede antes del enojo. Un ámbar vidrioso que sube a tapar palabras en cada resquicio y luego los tumba rojo pardo.
Reflejo oscuro, quedé mirando el fuego largo rato, sobre todo, los plásticos enroscándose como cabezas cayendo hacia fuera del calor. El humo apurado es viscoso y seco, sube lleno de malsanas certidumbres, de premuras perdidas para siempre.
Algo tan igual a la luz se termina ordenando o sus claves pueden ser las obsesiones, otros maltratos que por fin se han vuelto insípidos y tolerantes como la ceniza.

Tu prosa no se distingue de tu trabajo poético. Con una dosis alta de simbolismo has encarado este texto. Tu mirada interior es casi un autoaislamiento, que no llega a ser absolutamente críptico, gracias al párrafo que te marco con negritas. Yo le había dado varias vueltas a tu texto (e incluso te he consultado a ti), y comprendo tu técnica de creación. A todos disgusta lo explícito en un texto cuando no viene acompañado de ese “soplo de vida” que hace nacer la poesía; pero, eso es en poesía. En prosa, lo explícito es la razón de ser del texto escrito; aunque, no me declaro en contra de la prosa poética. De ninguna manera. Es más, en este subforo, no eres el primero en presentar trabajos con este registro. Lo aplaudimos. Ahora, yo pienso que, si fuera posible (en prosa poética, digo) algo más de pistas, tus lectores saldríamos menos desconcertados de tus textos. Siempre me he preguntado si es justo cerrar la puerta y llevarse la llave para siempre. Quizás lo sea. Quizás lo válido en este tipo de creación sea los mundos que se van creando los lectores luego de cada lectura. Quizás esa sea la intencionalidad última. Pero (me percato) no sé por qué entré a tocar el tema del cripticismo hermético, pues tu texto deja una puerta semiabierta por donde se puede acceder y entrever la imagen de un hombre frente al fuego, observando y reflexionando. Imagen que se agradece.
En este trabajo, eres un escritor vanguardista, amante de la experimentación, que se niega a una comunicación directa (sin acusarte de practicar circunvalaciones ni anfibologías. Faltaba más). Cada vez que tengo la paz espiritual que siento en estos momentos (son las 4:53 am), me es muy grato leerte, porque mi concentración es mucho más aguda, y percibo los detalles ricos de tu bagaje poético, cultural, filosófico, lo cual, ciertamente, me enriquecen.

Un gran abrazo, amigo.
Óscar

[Macedonio Tracel]

Impactante la escena que se dibuja en nuestro cerebro- lector. Rostros de fuego que desfilan aturdiendo el placebo de la inercia. La afectividad arde casi con sonoridad; no hace concesiones, no mira hacia atrás. Además el texto contiene una belleza singular, irrigadora, libre.

Una colmena de poesía que derrite al mismísimo Prometeo.

Abrazo, hermano-responsabilidad.

gracias Hallie, creo que el texto está demasiado invadido de imágenes poéticas. cómo me han hecho ver ese estar cerca del límite se le vuelve en contra. abrazo

[Hallie Hernández Alfaro]

Impactante la escena que se dibuja en nuestro cerebro- lector. Rostros de fuego que desfilan aturdiendo el placebo de la inercia. La afectividad arde casi con sonoridad; no hace concesiones, no mira hacia atrás. Además el texto contiene una belleza singular, irrigadora, libre.

Una colmena de poesía que derrite al mismísimo Prometeo.

Abrazo, hermano-responsabilidad.

gracias Hallie, creo que el texto está demasiado invadido de imágenes poéticas. cómo me han hecho ver ese estar cerca del límite se le vuelve en contra. abrazo

Puede si, estar invadido de imágenes poéticas, pero éso hace que se enriquezca aún más la intención y la agudeza del instante creativo. Cremado, transformado, ganado, victorioso.

Abrazo y felices horas.