
Escribía sonetos con el culo
y del culo tenía su tratado
-conceptista de pro, desvergonzado,-
que observaba con lentes de garrulo.
Preparaba artefactos desde el zulo
apuntando a la flor de lo granado
con la sátira vil de un doctorado
y un ingenio mordaz sin disimulo.
Licenciado en latín de Juvenal,
se burlaba del pobre gongorilla
(una guerra sin tregua ni final).
Con su sorna leía la cartilla
y el de Córdoba que era tan genial
le paraba los pies al de Castilla.
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Exp. SE-755-14