Estío

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Celia, por el amable comentario.
Un abrazo.
Pepa

[Ricardo José Lascano]

Preciosa obra admirable, de gran riqueza. Abrazo de luz. RJL

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Oscar, (con mucho retraso) por el comentario extremadamente generoso que en su día dejaste en esta ocurrencia mía. Tu presencia siempre aporta calidad a mis letras.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Guillermo, por tus amables palabras. Mis propias vivencias son muy cercanas a lo que aquí cuento. En Murcia, además, a menudo no llueve.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Marius, por tu amable compañía en mi ventana.
Un abrazo.
Pepa

[E. R. Aristy]

Estío.

Una turbia coraza de sudor en el pecho,
absorbiendo el reflejo de la tierra y la azada.
Árbol de carne y sombra, labrando la alborada
para sembrar su angustia en el terrón deshecho.

Un horizonte rojo se esparce sobre el lecho
de la aurora desnuda, que nace ensangrentada.
En los ojos del hombre hay una llamarada
y una reja traspasa su alma de barbecho.

El cielo azul, azul, azul, tan infinito
como el sueño en sus dedos quebrados de granito,
como el duelo en su boca, curvada de amargura.

Y sus pies en el polvo, como polvo de nada.
Surco a surco, su piel y la siembra callada.
Y el silencio más grande. Y la tierra más dura.





Pepa

«El cielo azul, azul, azul, tan infinito
como el sueño en sus dedos quebrados de granito,
como el duelo en su boca, curvada de amargura.»

Pepa, tu genio sensible y coronado de imaginación, crea maravillas. ¿Te he dicho cien veces que me fascina tu Poesía?, mil más te lo diré porque eres un manantial poético. Abrazos, ERA

[Helena Martins]

Estío.

Una turbia coraza de sudor en el pecho,
absorbiendo el reflejo de la tierra y la azada.
Árbol de carne y sombra, labrando la alborada
para sembrar su angustia en el terrón deshecho.

Un horizonte rojo se esparce sobre el lecho
de la aurora desnuda, que nace ensangrentada.
En los ojos del hombre hay una llamarada
y una reja traspasa su alma de barbecho.

El cielo azul, azul, azul, tan infinito
como el sueño en sus dedos quebrados de granito,
como el duelo en su boca, curvada de amargura.

Y sus pies en el polvo, como polvo de nada.
Surco a surco, su piel y la siembra callada.
Y el silencio más grande. Y la tierra más dura.

"Nunca el azul fué tan cálido ni el dulzor tan amargo, excelente progresión que te deja el surco de una imagen honda e inborrable".




Pepa

[Óscar Bartolomé Poy]

"Y sus pies en el polvo, como polvo de nada.
Surco a surco, su piel y la siembra callada.
Y el silencio más grande. Y la tierra más dura."

El último terceto me ha parecido muy hermoso y muy logrado, y me ha recordado vagamente al conspicuo "Amor constante más allá de la muerte" de Quevedo.

Felicidades por tu plectro, poeta.

[María José Honguero Lucas]

Qué hermosura Pepa, simplemente me parece perfecto.
Eres poeta de las buenas y qué bueno poder leerte.
Un abrazo

[Miguel Ángel Martínez Góm]

No había tenido la oportunidad de leer este magnífico soneto, Pepa.
Me ha encantado.
Abrazo fuerte.

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Bruno, por prestar tu mirada, siempre luminosa, a estas letras.
Un abrazo.
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Quinteño, por tus amables palabras, aunque me quedo con las ganas de saber que hay detrás de ese "salvo...".
Un abrazo
Pepa

[Josefa A. Sánchez]

Gracias, Carmen. El gusto es sin duda mío, de que vengas por aquí y dejes tu amable huella.
Un abrazo.
Pepa

[Antonio Justel]

Estío.

Una turbia coraza de sudor en el pecho,
absorbiendo el reflejo de la tierra y la azada.
Árbol de carne y sombra, labrando la alborada
para sembrar su angustia en el terrón deshecho.

Un horizonte rojo se esparce sobre el lecho
de la aurora desnuda, que nace ensangrentada.
En los ojos del hombre hay una llamarada
y una reja traspasa su alma de barbecho.

El cielo azul, azul, azul, tan infinito
como el sueño en sus dedos quebrados de granito,
como el duelo en su boca, curvada de amargura.

Y sus pies en el polvo, como polvo de nada.
Surco a surco, su piel y la siembra callada.
Y el silencio más grande. Y la tierra más dura.





Pepa

... Josefa, Pepa, amiga, un buen soneto el tuyo dándole faz y semblanza qa ese estío que se nutre hoy en tu lindo, lindote poema, que tanm bien se lee y tan bien queda con uno; felicitaciones y slaudos; Orión

[Mirta Elena Tessio]

Josefa A. Sánchez, Impactante poema, felicitaciones Poeta.
Abrazos desde Argentina.