Letanía de estrellas
Ruedan oscuras esperanzas y frutos,
y las armas olvidan como el cauce se ensancha
con el miedo de voces,
con el llanto de muertos,
que respiran en el agua fresca
del adiós en la desembocadura
-agónico y en penitencia.
Queda la letanía de estrellas
con la ausencia de lamentos,
que susurran la rica sonrisa de la palabra,
que palpan en leve soplo el infinito,
que ciegamente juegan con las renuncias
y frotan la linterna mágica del tiempo.
Guardan las urnas de los instantes
sin cárceles de deseos,
con grito de caricias extraviadas
donde el incrédulo fulgor despierta,
donde el mundo en semilla cosecha
la danza de los brazos nuevos;
sin soledad de laberintos,
con pañuelo embajador de sentimientos,
donde la embriaguez es signo de sueños,
donde la ruta acecha por su blancura
de líneas de amanecer como tributo.
