Miguel Angel Fernández Lu escribió:Se dice de algo más que un agujero.
Sensual y oscuro objeto del deseo,
la cálida guarida del recreo,
la ruta más venal del callejero. La funda para el mástil del velero,
lugar de culto para el himeneo,
un cráter en su máximo apogeo,
rejilla donde llueve el aguacero. El rumbo de la flecha de Perseo,
la vía de estrellado derrotero,
profundo abismo donde balbuceo. Sagrado túnel vírgen que venero
y cuando me disfrazo de Romeo
la vena rosa ardiente donde muero.
Bien, amigo. Me atrevo a analizar este poema tuyo, por la razón de que contiene elementos para el debate, tanto en fondo como en forma. Primeramente, dejaré en claro mi postura en cuanto a la forma. Veo que los endecasílabos están intachablemente construidos. Pero, según mi entender, adolece de dos situaciones que podrían considerarse excesivamente eufónicas. En efecto, descubrimos en primer lugar que todas las rimas, más allá de que sean perfectamente consonantes en cuanto exigen las normas, son, a su vez, asonantes en la cadena de los catorce versos, hecho que edulcora excesivamente el ritmo; y, en segundo lugar, los catorce endecasílabos acentúan en segunda sílaba (endecasílabos heroicos), repetición sonora que lo vuelve muy monótono al soneto.
En cuanto al contenido, no seré yo más papista que el Papa. Pero creo que la actitud de este poema desemboca, más bien, en la concepción de un arte al servicio de un desenfado que busca la aprobación a la temeridad. Siendo el ano una parte del cuerpo humano (por razones fisiológicas y obvias) excluyente de cualquier canto romántico, no suena bien al oído lector su elevación a la categoría de objeto de deseo. Más bien, su atracción se trataría de una inclinación meramente sexual; es decir, producto de una exageración de los instintos. Así, pues, cantarlo cual si fuese unos labios, o la vulva misma, es como poetizar sobre el desenfreno, sobre lo puramente hedonista. Es como imitar a los monstruos que habitan nuestros instintos. Es como una rebelión a la belleza, al buen gusto, por la sola razón de prescindir de ella, por la sola razón de rebeldía, de búsqueda de una originalidad que no sé si se justifica.
Mi intención es sana, al sólo servicio de la crítica constructiva, buscando que más compañeros opinen sobre un tema que puede resultar sumamente interesante.
Mi saludo fraterno para ti.
Óscar