
YA NADIE
Ya nadie escribe cartas, a mano, en un papel.
Ya nadie compra sellos; nunca aterrizan sobres
de avión en el buzón. Señores, ¿acaso pasa
que ya no queda nada que decir? Aun probable,
no es esa la cuestión. Simplemente aparecieron
el móvil y el email ¿No sienten con qué tristeza
caminan los carteros con sus zurrones llenos
de impresos y facturas? Ya nadie los espera
con ansia en el portal. No hay lugar para el amor
en carta perfumada, ni amigos que nos manden
siquiera una postal. Solo llegan las misivas
del banco y propaganda. Hoy, es todo impersonal.
Murió lo epistolar. Los jóvenes ya no saben
a qué huelen las letras impresas en papel.
Ya nadie se cartea, no hay tiempo de esperar.
Si se perdieron estas, y tantas otras cosas,
camaradas, ¿adónde vamos? Si nadie escribe
palabras con paciencia, si apenas ya no importan
las formas y los textos..., paisanos, ¿qué nos queda?
La tecla se hace letra virtual en la pantalla.
Se crean las palabras pulsando con los dedos.
El mundo es digital: apretamos un botón
y se manda un “te kiero” con el móvil por whatsapp.
De Londres a Estambul, un email en un segundo.
Por eso escribo versos, a veces, con mi pluma.
Evoco otro pasado sentado en mi escritorio.
La luz de la ventana perfila mi escritura
y van cobrando vida las musas en mi folio.
La letra redondilla, el papel, la tinta azul…,
son cosas que perdimos por culpa de internet.
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