rodeada de mareas y salvaje
yo era
y bastaba la palabra que te nombra,
para seducir penumbras y barquitos de papel,
como un coito sin medida,
como lluvia reventando los altares
todo dios era tu nombre
y yo
sal.
De sal yo estaba y nada fue todo,
y los dioses tan de barro...
... tan de Lot, yo la sin nombre...
¡ Es la hora de trenzar los abedules,
de majarnos su diurético brebaje
transgredir de la lágrima el sustento
y sentir....
... TE,
como en otra dimensión.
(Porque me manda la vida. Porque creo oportuno que toda la primera parte de este poema, vaya sin comas, para atragantarse entera y después, bucear lo infinito. Alicante, noche de 7/10/14 y yo)