sólo a veces, quisiera ser tu ceja
y ver cómo se peina el mundo las espaldas,
sin una cita previa con Llongueras.
Calzar un 36,
es cosa que me apremia en uno y otro pie
que ando a la deriva y paso a paso,
y a veces,
sólo a veces,
me matan los guijarros de la vida en este treinta y tres
que a veces,
sólo a veces , aprieta sus espuelas a ras de los meñiques
y duele...
... y pasa o queda, según cómo me pises.
Es bueno todas veces, quitarse la pamela
y atarse con sus cintas
al mundo por montera,
y dar la mano al viento, subir a las estrellas,
tener una sonrisa de raja de sandía y hacerme logopeda
( como Celia )
de olas tartamudas.
Y mientras
apoyo las mejillas en torno al baobad.
( Siempre he tenido y tengo, la "cosa" por estar con el Principito, o sin él, en su baobad, andar por su planeta, subir a lomos de la boa mientras digiere al elefante y sentir la paz de las estrellas. Alicante se muere de calor hoy, siete de septiembre, pero me voy a León unos días)