ni haces, ni dejas hacer el amor a la plata coja, si es el gusto,
ni comes, ni dejas comer sandías en el rincón más abrupto de la luna,
ni bebes, ni dejas beber el mosto, dulzón, caliente de las uvas en abril.
Vas cosiendo los harapos de tus muecas a la sombra de este nombre,
que no es nada
y nada esconde,
nada trueca por derivar el pronombre NOS,
de plural a singular.
Mientras tanto,
las baladas de Mark Knopfler se deslizan por las rejas
de esta vida en NOS tan plena.
Lo siento por vos, O´Hara, el ocaso y la colina forman la figura exacta,
¿ qué tal un Clark Gable como límite al teatro ?
Si permites,
hay unos cuantos dedos que apoyan la fuerza de la sonrisa,
y los quiero.
Necesito las líneas abiertas,
sin fonos colgando hipos a las luces de Montmartre.
(uffff, ¡qué desahogos ¿verdad? aveces es bueno y es sabio hablar de O´Hara y Montmartre y todo eso, ah. hoy es uno de Mayo en Alicante, pero este poema es de hace unos cuantos unos de mayos )