Tú allí y yo aquí

[Solariana Penalva]

Y pasan los días en esta misma monotonía
y no te veo,
no te huelo,
no te toco...
no consigo ya ni imaginarme a tu lado.

Oigo tu voz
y no me pareces un extraño,
te siento parte de mí
como si de antaño
los dos hubiésemos venido a parar aquí,
pero no aquí,
tú allí y yo aquí,
pero no aquí,
pero no allí.

Te presiento
pero no te veo.
Te escucho
pero no te oigo.
Te hablo
pero no me oyes.
Te espero
pero tú no vienes.
Te sigo esperando
pero tú no llegas.
Voy
pero tú no quieres.
Te toco
pero tú no me abres.
Te llamo
pero tú no estás.

Y así,
los dos separados,
viviendo en la distancia
y en la desidia,
el tedio me come en su monotonía
y aflora en mi ser la melancolía
de quien se siente abandonado
de quien se siente desamparado
de quien se siente solo
de quien no tiene a nadie a su lado.

Tremenda paradoja ésta
de saberse uno enamorado
y vivir como si nadie a nuestro lado
ni un pequeño hueco mereciera.

[Óscar Distéfano]

Y pasan los días en esta misma monotonía
y no te veo,
no te huelo,
no te toco...
no consigo ya ni imaginarme a tu lado.

Oigo tu voz
y no me pareces un extraño,
te siento parte de mí
como si de antaño
los dos hubiésemos venido a parar aquí,
pero no aquí,
tú allí y yo aquí,
pero no aquí,
pero no allí.

Te presiento
pero no te veo.
Te escucho
pero no te oigo.
Te hablo
pero no me oyes.
Te espero
pero tú no vienes.
Te sigo esperando
pero tú no llegas.
Voy
pero tú no quieres.
Te toco
pero tú no me abres.
Te llamo
pero tú no estás.

Y así,
los dos separados,
viviendo en la distancia
y en la desidia,
el tedio me come en su monotonía
y aflora en mi ser la melancolía
de quien se siente abandonado
de quien se siente desamparado
de quien se siente solo
de quien no tiene a nadie a su lado.

Tremenda paradoja ésta
de saberse uno enamorado
y vivir como si nadie a nuestro lado
ni un pequeño hueco mereciera.

Bellísimo es tu poema, señora poeta. Qué manera elegante,
dulce, coloquial de expresar los sentimientos. A través de
su lenguaje sencillo, trasmite complicidad,
como si, yo lector, quisiese solucionar esa terrible paradoja.

También quiero destacar la utilización de figuras retóricas
de repetición que marcan un ritmo de casi "desesperación"
que acentúan la potencia de todo el poema.

Me ha encantado, desde el inicio hasta ese soberbio final.

Te saludo con emoción.
Óscar

[JUANPABLO]

Y pasan los días en esta misma monotonía
y no te veo,
no te huelo,
no te toco...
no consigo ya ni imaginarme a tu lado.

Oigo tu voz
y no me pareces un extraño,
te siento parte de mí
como si de antaño
los dos hubiésemos venido a parar aquí,
pero no aquí,
tú allí y yo aquí,
pero no aquí,
pero no allí.

Te presiento
pero no te veo.
Te escucho
pero no te oigo.
Te hablo
pero no me oyes.
Te espero
pero tú no vienes.
Te sigo esperando
pero tú no llegas.
Voy
pero tú no quieres.
Te toco
pero tú no me abres.
Te llamo
pero tú no estás.

Y así,
los dos separados,
viviendo en la distancia
y en la desidia,
el tedio me come en su monotonía
y aflora en mi ser la melancolía
de quien se siente abandonado
de quien se siente desamparado
de quien se siente solo
de quien no tiene a nadie a su lado.

Tremenda paradoja ésta
de saberse uno enamorado
y vivir como si nadie a nuestro lado
ni un pequeño hueco mereciera.

Pues sí, amiga Solariana;
a veces suele ocurrir como lo pintas,
y deseo que no seas tú la protagonista
sino sólo excelente poeta
con un enorme poder de ficción.

Me gusta sobre todo esa aliteración del "Te"
que le da un aire de nostálgica letanía,
y el final de profunda filosofía.

Un abrazo.
* * *

[Solariana Penalva]

Muchas gracias, Oscar y muchas gracias, Juan Pablo, por esos comentarios tan amables. A mí sí que me emociona que me comenten así. Y muchas gracias también por el interesante aporte de las frases con que acompañáis vuestros textos, muy a tener en cuenta.
Un abrazo.