
Cuando un poema se queja,de algún dolor en la espalda,de algún resfrío del pecho,de alguna tos intestina,es posible que una ceja,se levante repentina.Es presumible la queja,profunda y larga del alma.Hay que ver por qué se queja,el pináculo en la calma,si es por vicio o es por vieja,la oración si desalma.Y es que a veces por el reuma,si la vocal no se empalma,vienen cansados teoremas,que al final…no dicen nada.Sin embargo en la mesada,de la rumba imperativa,hay una fuerte palmada,de sangre azul que le aviva.Cuando un poema se queja,de estreñimiento y agrura,de retórica y basura,de “tal palo y tal astilla”corro y me aparto la silla,y me froto al fin un ojo,¡No es que me mate el enojo!Es por el rollo en la momia,y le pregunto a mi Antonia:¡¿Cómo harán esta morcilla?!Nota:Por favor, pido no se mal interpreteel tema. Su línea escaricaturesca y festiva.Gracias por la comprensión amable.6/20/10Nimaos.