Rafel Calle escribió:No digas adiós.
Cómo despedir el alba de tanto trino
y el romero que se hunde en tus huellas.
No digas que acabó la lluvia
para humedecer las raíces a falta de fruto.
Ya llegan las acequias plenas de manantiales
para hacer vergel de la tierra yerma.
No hay doctrina ni dogma que detenga tu sueño
ni sembrado con mimo donde no crezca algún tallo.
No digas adiós porque volvería el silencio
y quedarían rotas las flores del cercado,
las que llenan los templos de mi paz.
Es por mí que deseo las bayas de tu bosque,
es por todos que elevo la plegaria,
es por ti que endulzas la pulpa que nos sangra,
es por el dios que se dibuja en tu ilusión.
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Dentro de la subida de nivel que últimamente ha experimentado tu poética, sobre todo, en el aspecto lírico, creo que este poema significa una buena piedra de toque. Efectivamente, con tu hermoso trabajo, te has apuntado al carro de la efervescencia que se respira en Alaire, todo ansias de superación en los autores.
Bien la sintaxis (nunca debe olvidarse). Bien el lenguaje literario, con vocación de transmitir. Dentro de un desarrollo simbólico que aún tiene mucho recorrido, se nota que la utora busca cohesión semántica. La poeta empieza a saber cómo quiere escribir, que no tiene por qué coincidir con lo que finalmente escribirá. Pero es importante saber lo que se ha escrito. Ya sabes que a pesar de que no lo pareciera, tu poesía nunca ha sido fácil de asimilar.
Bien el ritmo y la melodía, aunque se pueden ir perfilando.
Sugerencias:
Cuidar mucho las rimas tanto las internas como las del final del verso. Evitar rimas cercanas y cualquier otro elemento que pueda saturar la melodía. Más adelante dejaremos de preocuparnos por este asunto, pero ahora considero que te es necesario.
Construir el verso segmentando la sintaxis de pausa a pausa, de cualquier detención a cualquier detención. Procurar no construir periodos rítmicos que no admitan una pequeña detención, como máximo, hacia la séptima sílaba (cualquier detención, signos de puntuación, descansos por cambio de sentido, etc.)
Pensar siempre en la pausa versal cuando se construya un verso. Siempre se tiene que hacer una pausa al final del verso.
En principio, el desarrollo debería abarcar por lo menos 2 versos; con el tiempo se debe ir alargando la secuencia simbólica a 3, 4 o más versos. Cuando se tiene soltura con el lenguaje simbólico, lo mejor es anudar la estrofa a la familia semántica pertinente.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema, querida amiga Pilar.
Un fuerte abrazo.
Subes un peldaño de mi ánimo y te lo agradezco infinito. Sabes que siempre tengo en cuenta tus sugerencias. Gracias por tu gratificante compañía.
Besos
Pilar