José Manuel F. Febles escribió: REGRESANDO
Es madrugada,
impaciente desvela la palabra
un rotundo mirar de ojos.
Como quien abre los ojos después de mucho tiempo,
empiezas a sentir cuando amanece
el calor de mi cuerpo y el deseo
indomable que rompe los momentos
que poblaron la espera primitiva
de tus dudas.
Heredo primaveras en mi otoño
y tu mirada, más grande que un sueño,
no pregunta en qué día nos supimos
muriendo de impaciencia entre las sábanas.
Somos alba que nos llega en los años maduros,
una soledad que se espanta sola,
porque ha perdido el saldo
y regresamos juntos al abrazo.
Nos habitamos,
no solo en la memoria y en su aliento,
sino en la raíz, ahora adjetivada,
de un amor sin palabras.
A veces, la metáfora es la única lente que nos permite visualizar las ideas que la intuición (instrumento del auténtico poeta) va creando. En este poema se da ese caso, ya que el sentimiento se encuentra inflamado y se sumerge en un territorio donde el lenguaje se vuelve casi pura imagen. Disfrutamos, pues, del recurso, porque está bien hilvanado, es congruente con su génesis psíquica, y porque nos llega con el calmo regocijo de la pasión serena. Además, en tu poema se trasmite la conciencia "del amor sin palabras", ese estadio casi sublime donde acceden dos personas que se aman con sinceridad y sin condiciones. Ha sido gratificante leer este excelente trabajo tuyo, estimado poeta.
Un abrazo fuerte, querido amigo.
Óscar