La caza de robles

[Marius Gabureanu]

Para cazar un roble hay que tener látigo
y saber donde las avalanchas de nieve no usurpan
la maldad disfrazada de turista.
Todo empieza con ir al establo a oscuras
cuando el último sueño de la hierba
se macera dentro de los vientres de caballo.
Los caballos se despiertan a silbo, es opción fácil
la de afilar violines en el cuello con sólo respirar
o proclamarse dueño de huérfanos grillos.

Sombra de jinete a veces es el alma.

Pero, para volver al asunto,
sacar al caballo en las afueras de sí
dejarlo creer que el azúcar es savia detrás de la corteza
que sube hacia una nube de caos.
Deshacerse de hijos llorones, cubrir los iconos del tabaco
con un manto de aliento
e ir despertando a las fantasmas que pueblan la cera
de las velas del alba.
La mujer te besa de cuchillos, nunca sabrás qué tan honda
es esa herida a la que das la espalda.
Hay otra manera de traer pan a la casa, Dios
sin despuntar montañas, sin hacer que los desiertos rocen el ozono.

[Gerardo Mont]

Vivimos cazando y cabalgando hacia el alba del caos, dejando en el camino ,la rutina y sin embargo despertando al paso las heridas para huir luego de ellas...Siempre quedan los regresos y considerer otros caminos. Un gran gusto de lectura, estimado poeta. Mis abrazos de amigo.

[Nésthor Olalla]

Lo sádico y lo beatífico configuran con entera propiedad las bifurcaciones de tus prodigios poéticos, de los cuales es lícito colmar hasta último de los cántaros, y por qué no, propiciar en sus vientres disidentes epopeyas.

Me gustó esto tuyo, compañero. Ahora voy a tomarme una copa, sólo para apostatar.


Sí.

[Ana Muela Sopeña]

Genial, Marius, como todo lo tuyo. Caza, bondad, maldad, cuchillos. Territorios que son opuestos y al mismo tiempo se tocan.

Toda una cascada de imágenes impactantes que me dejan temblando, amigo poeta.

Aplausos
Besos
Ana

[Hallie Hernández Alfaro]

"La mujer te besa de cuchillos, nunca sabrás qué tan honda
es esa herida a la que das la espalda."

Vuela esta imagen sobre el poema, lo sobresalta, lo inmola en el campanario del horizonte. No sabremos nunca que tan dentro ha quedado el hierro y la colisión del beso.

Aplausos y un abrazo fuerte, querido amigo.

[Marius Gabureanu]

Gerardo, muchas gracias por dedicar tiempo a leerme y hacer sentida tu presencia. Abrazo fuerte, amigo.

[Marius Gabureanu]

Néstor, siempre agradezco tu huella de titán, huella profunda. Muchos abrazos, amigo.

[Marius Gabureanu]

Ana, muchas gracias por leer y hacer sentida tu valiosa presencia, me alegro que te ha gustado el poema. Muchos abrazos, querida amiga.

[Marius Gabureanu]

Hallie, gracias por dedicarme, una vez mas, tiempo y hacer sentida tu valiosa presencia. Muchos abrazos, querida amiga.

[Guillermo Cumar.]

Siempre es interesante adentrarse en tus poemas y disfrutar de ese
surrealismo profundo que se vislumbra en cada interpretación de tus
cersos y poemas.

un abrazo, amigo