Rafel Calle escribió:Me imagino que vives en largo y con dulzura,
que siento los contornos de tu naturaleza,
que invernamos panales y cultura de abeja,
que te descubro al sol de la miel ya madura.
Te imagino desnuda frente al mundo,
como una flor de talle descarado,
jardín y redención de lo pasado
en el ansia del pétalo fecundo.
Imagina que ahora te llega discernir
la siembra tarda y cierto estío
en la tierra que habitan las flores carismáticas,
flujo mediterráneo, vegetación en vilo,
terreno de plantar las cosas de las hadas.
Imagina miradas de osadía nocturna,
devota al maquillaje
donde moran tus pliegues,
imagina disfraces de lisura,
el tuyo de satén y redondo de luna,
el mío de lamento por tardío,
los dos, bailando un vals en un suspiro,
el goce en un compás inolvidable
de la piel que se funde y forma la costumbre
de vivir al desnudo un mestizaje.
E imaginemos dos dulzores libres,
la miel por derroteros animales,
el mar, las manos, todo íntimamente extraño
en tu porte de íntima sirena,
en las fieras calientes de los dedos
que palpan luces y certezas
y también las columnas sostenibles
de un carácter que forja la aventura hogareña.
"la miel por derroteros animales,
el mar, las manos, todo íntimamente extraño
en tu porte de íntima sirena,
en las fieras calientes de los dedos..."
... hay tratados de amor que enamoran a su vez, que transmiten y tocan al lector, llaman o reclaman su atención, lo despiertan, lo invitan; he aquí una metáfora de principio a final, citando estos 4 versos dejados arriba como estelas breves de lo dicho, con hallazgos incuestionables; mis saludos, Rafel Calle, mis saludos, compañero; salud;Orión
"... nunca se da de lo que se tiene, sino de lo que se es".