LA PENA

[Paulo San Páris]

LA PENA

Yo no tiraré la pleamar dentro de mis ojos. ¿Para qué? Para encontrarte de nuevo sitiada por el lagrimal de bosques forasteros donde descendimos hace mucho tiempo.

Tú y el delirio del temblor entre los racimos de los años juegan la misma soledad que me cruza. He estrangulado la habitación del silencio; y su habitante, ¡ay! Cuánta desgracia fallece al lado de su oído y no carga los cordeles del paisaje.

Si al pródigo hijo somos llamados, si al padre vamos llegando, si a cada tronar de velo levanto el pulso, entonces para qué buscamos el reloj del delito naufragado y vencido bajo los valles que tapamos. Yo que he pecado con abono mis ocurrencias y he extendido el manto del límite, no perdono el rito de tu pueblo extinguido en la ceguera, no perdono que detengas el aire en bajada de duelos y tu despedida titulada de gris.

La pena plañe su peñasco sobre la inmóvil dinastía del tiempo, y en su borde trémulo se suelta el silbo despedido, su luz no es nada, sólo polvo levantado para la alquimia de las rosas.

Un día que canté las cavernas que me habitaban, formé la desgastada voz de los aquejados, y quise ser temblor o noche, óxido tal vez, cause de la hoja que cae, pero ceguera al fin.

Cedo el paso a las cenizas que quieres y puedes pensar que el llano vagar de caballos me sacude el filo de la esquina donde lloro, pero este acero, este metal indomable con su batallón de imaginería, no hará círculos en la arena, no mascara las heridas, pues la pena es sólo la esencia tortuosa de los que se quedan mirando las lápidas y revisten el nombre con el hueso de lo oscuro.

"Nunca fueron tan terribles los frutos de este lado,
como lo son, los que nacen del cemento.”


Paulo San Páris.

[Beatriz Ojeda]

Bellísima prosa!!!!!
"Nunca fueron tan terribles los frutos de este lado,
como lo son, los que nacen del cemento.” espléndido!
Un placer leerte.
NO al cero!
Cariños
Beatriz