La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Cuentos, historias, relatos, novelas, reportajes y artículos de opinión que no tengan que ver con la poesía, todo dentro de una amplia libertad de expresión y, sobre todo, siempre observando un escrupuloso respeto hacia los intervinientes.
Debe tener paciencia conmigo, padre, yo soy un niño y esta es mi primera confesión. Yo, padre, no sé expresarme bien, no solo por mi corta edad, es que no tengo facilidad de palabra y cuando quiero decir una cosa acabo diciendo otra, eso me confunde y para no equivocarme lo que hago es quedarme callado.¿usted me comprende? Esto de confesarme, sabe, no fue idea mía, fueron mis padres los que ayer entraron en mi habitación para decirme: “hijo, ya es hora de que confieses tus pecados”. Se pusieron tan serios que me asusté, les dije:”¿he hecho algo malo?”, “no, hijo- me dijeron ellos- es la costumbre, nosotros también empezamos a tu edad”. “¿Y qué tengo que hacer?” “Ser sincero, decir la verdad al confesor, contarle lo que tú creas que hiciste mal” “¿Cuántos pecados tengo que confesar, papá?” “Los que te diga tu conciencia, hijo”. Yo, padre, me quede a dos velas, pensé que lo que hacia mal debía ser aquello sobre lo que después me castigaban mis padres, eso me orientó un poco, lo que ocurre es que, no sé si decírselo, me dio por pensar, que si ya me castigaban mis padres, de que servía que se lo contara a otro señor al que no conocía de nada. Hoy por la mañana, padre, cuando venia hacia la iglesia estaba muy nervioso, tenia un no sé qué en la barriga y unas ganas de hacer pis que no se me pasaban. Yo, padre, soy un poco torpe y no sé distinguir exactamente entre lo que esta bien y lo que está mal, y eso me inquieta. Yo sé que los otros niños cuando alguien hace una cosa que les da rabia, le dicen: “tu eres malo, muy malo” . Sé, además, que pegar no esta bien, ni robar ni mentir, pero, no le voy a engañar padre, la verdadera razón por la que no hago esas cosas es porque a mi no me gusta que me roben ni que me peguen ni que me mientan, y pienso que si yo no lo hago, a lo mejor no me lo hacen a mi. Bueno, lo de mentir, padre, no lo considero tan importante como los otros pecados, yo creo que todo el mundo miente, ¿no? y por el hecho de que se confiesen no dejan de mentir¿ verdad, padre? y sé que hay pecados peores que otros, por ejemplo matar es el peor de todos porque si le quitas la vida a alguien ¿como se la devuelves? no es como robar, si te llevas una moneda siempre la puedes devolver ,y luego esta la viuda y sobre todo los hijos, yo seria incapaz de dejar a unos niños sin padre o sin madre ¿Quién los iba a cuidar? Pero, a lo que vamos, he pensado mucho durante el camino y mientras esperaba mi turno ahí en el banco ese del fondo ¿por qué esta tan oscura la iglesia, padre? ¡Hace tanto frío! He pensado, le digo, en lo que tenia que confesar, vamos a ver, me dije, le he dicho a mi amigo Pedro que era un tonto y un meapilas, ¿eso es insulto, padre? es que se lo oí a mi papá el otro día cuando hablaba del vecino y como él es tan educado, ah! vaya, ya me parecía que lo era, de toda maneras tengo que decirle que Pedro no se dio por insultado, sería porque tampoco sabia lo que significaba esa palabra, aunque debió de averiguarlo esa misma tarde, se lo preguntaría a su hermano Luis que ya está en bachillerato, porque al día siguiente me vino diciendo que “el meapilas lo era yo”. A mi, como ya se me había pasado el enfado, no me importó, nos reímos los dos y seguimos jugando como si nada hubiera pasado ¿aún así es pecado, padre?¿Por qué? ¿Que lo que cuenta es la intención, dice? entonces tendré que confesar que he pecado también con el pensamiento, tengo deseos de cosas que no se deben hacer: coger el monedero de mamá y comprarme unos pasteles o darle un pellizco en el culo a julita que es una prima mía un poco tonta ¿algo más? bueno, si, también me acuso de tener mal genio, a veces me enfado mucho cuando se ríen de mi o mi papá me riñe sin motivo, me pongo todo colorado, aprieto los puños y me entran ganas de darle golpes a todo lo que tengo por delante. ¿Qué dice usted, padre? ¿qué eso se llama ira y es un pecado horrible?, no lo sabia, pero debe de tener razón, porque parece como si llevara un demonio dentro y me cuesta mucho controlarme,¿las tentaciones también cuentan? se lo digo por la bicicleta de Jaime, ¡es más chula! roja y blanca, de dieciocho velocidades, con amortiguadores delanteros y traseros, se la pedí una vez pero no me la dejó, es precisamente por eso por lo que tengo tantas ganas de ella. Si me la hubiera dejado una vez, una sola vez, seria suficiente para no quererla más ¿eso es algo así como la fruta del árbol prohibido?, mi papá me explico que Adán y Eva se habían condenado por comer aquella manzana, desobedecieron a Dios y desde entonces pagamos esa falta. Me da miedo, padre ¿me iré al infierno si un día, sin que se entere Jaime, le cojo la bicicleta y doy una vuelta con ella?¿me condenaré sin remedio al fuego eterno?
Un relato con perfil brillante, Ramón. Conmovedor y sólido como la casona de nuestra infancia.
Muchísimos aplausos y gracias por compartir, amigo.
Abrazos.
.
"He guardado la Luna en los cajones
por si vuelves de noche que te alumbre;
no te tardes, papá, que sin la lumbre
de tu amor no se encienden los fogones.'"
Ramón siempre es un acierto leerte, en tu relato (excelente) se ven los reflejos de esa infancia que todos llevamos dentro. Precioso. Yo, seguro que me hubiese "prestado" la bici al menos por un rato.
Unha aperta.
Carmen
La primera tarea del poeta es desanclar en nosotros una materia que quiere soñar.
Gastón Bachelar.
[quote="Ramón Carballal"]
Como ya te han dicho las chicas este relato es una diapositiva de casi todas nustras infancias.
Yo fui a un colegio de monjas y aún recuero mi primera confesión, antes de hacer la primera comunión.
Bajábamos a la capilla en grupos pequeños para hacer los ensayos y, de paso, también ensayábamos nuestras primeras confesiones. Yo fui al confesionario 5 veces el primer día, porque todo era posible que fuera pecado y se me olvidaba contárselo al cura.
Es reconfortante comprobar que esos miedos lo fueron para todos.
Un placer enorme disfrutar de tu valiosa pluma, Ramón.
Abrazos.
—-
Marisa Peral Sánchez
¡Nunca te dejes poner
el tornillo que te falta.
Corre y se feliz!
—-