Pilar Morte escribió:Tantas veces sentí
el vibrar de las hayas,
la melodía del gorjeo sobre el viento,
los rayos tornadizos en centelleo de iris,
el aroma de los pinos solemnes que se elevan buscando luz,
tanta comunión con la cima desde donde miramos
la vida de los pueblos, su alegría- tristeza
cambiante como los segundos.
Todo mezclando mi sangre con ese licor de felicidad infinita
sin pensar que lo de fuera es lo de dentro,
que esa belleza toma
forma diferente en el rostro pero es mía,
porque llevo la vida toda en mis arterias.
Las hayas soy yo, el gorjeo es mi canto
y el aroma se asoma reconocida en mi cráneo.
Yo, belleza, fuego, tierra, piedra, las raíces, mi perro,
el canto del mirlo
Todo en mí, dispuesto a despertar, el mar
conquistando conciencia de la vida.
Sin embargo no crece mi autoestima.
Por un momento parecía un canto a la vida con la energía vital de Walt Witman, pero ese cierre me dio un golpe fuerte de realidad, de verdad innegable, de existencialismo duro y brusco. Tu poesía no puede pasar desapercibida porque nace de la hondura de tu espíritu, tiene un aire confesional que nos implica a los lectores, que nos hace ser partícipes de las verdades universales que tus mensajes encierran. Es este un poema lúcido, "inspirado", valiente, que ha triunfado sobre "el miedo de adentrarse en el verso no nacido". Me gusta muchísimo cómo escribes.
Un abrazo grande.
Óscar