Don Olalla:Nésthor Olalla escribió:En esa oscura quietud el ciclo no tendrá fin,
continuará un transcurrir en constante iterativo
hasta la Gran Refracción.
Lejos de cualquier materia nada parecía ordenar,
nada parecía ocurrir en el infinito abismo,
sólo tiempo inhabitado,
sólo espacio y soledad.
Llegaban tiempos de muda,
de renovación del gas, y el coeficiente marchito,
yermo, aniquilado, estéril,
químicamente agotado en el contorno frío y gris,
de un cuerpo ya deleznable en la ignota coordenada
de las vastas extensiones de Ars-Gën-Thal.
Todo latía sordamente en el armónico caos.
Era la centuria III de la prolongada noche;
aquel dilatado lapso de nevascas de metal
iba tocando a su fin.
Comenzaba así un proceso de intensa licuefacción;
ingentes masas de hielo de un fulgor opalescente
se empezaban a fundir por la fase conclusiva
de aquella estructura inerte
con sus núcleos agotados de nitrosuero nuclear.
Torrentes de lava azul de extremada hiperefluidez
y gran conductividad,
brotaban a borbotones de volcanes colosales,
que formaban cordilleras de mercurio coagulado
en el eje medular del gran continente oscuro
y en su basa estructural
Se iniciaba el Gran Solsticio de aquel púrpura hemisferio;
un influjo planetario de básica antimateria
que invadía el espacio oscuro ya latía en su metafase;
era un momento hipercrítico de embrionaria efervescencia
en los suelos purpurados de criptón.
Primitivas nebulosas isotópico-volubles
repoblaron sin medida el manto nutricional
de gases criogenizados con helio de grado 3,
fundamentaron las bases de aquel nuevo resplandor;
un instante sideral
infinito en gradaciones de fotoquímica índole,
en paulatina acrecencia y en gradual dispersión.
Dentro de lo indetectable latía un grandor virginal.
irradiando con su esencia en el silo-colector
del Gran Prisma de Geolux;
un máser generador y expedidor de calor de muy alta actividad,
comenzaba a penetrar en el ostial de aquel vasto territorio,
ahora en su ascendente auge,
que luego sería un destello de opulencia inmensurable
en fulmíneas eyecciones de la gran Super A-Trón,
que era la poderhabiente por su gran fertilidad
de expandir sus electrones y esterificadas sales
por canales de drenaje,
vertientes distribuidoras del sustento seminal,
cuando el fosfato ambarino infundía y sedimentaba
en la matriz de la esfera,
y en las áreas de plantío de aquel incipiente estadio
de intensa coloración.
Comenzaba el apogeo de la gran incandescencia;
moléculas excitadas de auroras del septentrión
producían candentes masas e intensas alteraciones;
fluidos de agua azufrada emulsionaban con níquel,
que eran factor necesario para anularle al ozono
su aceda toxicidad.
Múltiples bandas y espectros que traspasaban el éter
surcaban el meridiano avanzando en espiral;
eran las fuerzas periódicas que en ciclo transicional
-tipos de empuje mayor-
mutaban en su interior en rayos Germinal Ku,
formando torrentes-madre de compuestos de criptón
de muy baja densidad, que en su forma asimilable
corría por las depresiones para ir a converger
a la Gran Cuenca de Oölk,
donde formaban cascadas y columnas refulgentes
que ensayaban un concierto de prodigioso color,
con sistémicos vapores de etérea luminiscencia
y gran cambiante tonal,
como las nieves perpetuas de las moles montañosas
con sus cumbres fosforadas del continente de Ertaak,
donde se forma y fermenta al germen del biofotón,
una singularidad de onda mayor que la luz
que daba brillo a unos mares licuefactivos del cuarzo,
en el horizonte azul de la gran constelación.
Se vieron muestras del cambio de un sereno despertar;
la extensa magneto-zona absorbía permutaciones
de metales renovados imposibles de filtrar
por los 12 soles Kub,
que coronaban el cénit de aquella viva región,
cuando el azufre amarillo se desprendía y degradaba
casi toda la energía de su núcleo primordial.
Interestelares chorros de una inmensa variedad,
con matriz generadora de cosmo-cepa espacial
se aproximaban al punto donde se daba la acción,
ese lugar donde surgen en sosegado crescendo
las atroces implosiones y procesos de contractivos,
con formas y condición de inefable contextura,
en el espacio causal donde nacen y colapsan las estrellas,
todas ellas procedentes del vacío desintegrado
del cúmulo globular de los límites remotos de Exiliön.
Supernovas clandestinas roentgenluminiscentes
acudían con su diadema de cosmo-polvo estelar,
difundían su ingente halo;
un círculo luminoso con filamentos de ÄrBool
dándole gran majestad,
como una gigante roja con anillos de helio y Pólux
y emisiones formidables de xenón.
Destellos de rayos gamma de abrasión estimulada,
dieron a interactuar hasta llegar a formar un gran cúmulo
de suborgánicos cuerpos,
sintetizándose en masa de un infrarrojo lejano,
inaudito, exuberante,
de transitorio esplendor,
que daba fe y magnitud de aquel cambio estacional.
En esta perturbación,
pronto se darían procesos y fenómenos cambiantes;
el hidrógeno atmosférico fue fraguando un nuevo humus.
refulgente y cegador,
alterando materiales en los purpúreos cañones
del cinturón productor de células de un metal
muy saturado de litio y alcaloides N-Aaral,
donde 5.000 atmósferas con protones ionizados
resistirían invasiones de las plagas de radón,
con su tóxico voraz producto de un liquen blanco
de gran potencialidad,
que se extendían por las capas del plasma generador.
Surgió el nuevo advenimiento;
ya se podía percibir el metamórfico ciclo
en el ámbito profundo del espacio circular
de los campos repoblados por el nuevo cosmogen
con su lumbre perenal,
que en rigurosa templanza acariciara los prados
y los bancales flotantes que parecían espejismos
de un melodioso matiz de un vehemente amanecer
con texturas de cristal sobre el suelo anaranjado
que vestía la gran meseta de abundosa exuberancia
en las fértiles regiones de los valles luminares
de Ars-Gënt-Thal.
Nésthor Olalla______________________
No soy uno de los nuestros
Don Olalla! comparto lo que dice Israel, quedé como Macedonio -me ofrezco para el sonido-, me encantó el comentario de Carmen en toda su extensión entonces ahora, me siento pobre, incapaz de balbucear un comentario.
Un viaje literal, metafísico, imaginario, como un gran apocalipsis, en fin, me disculpo por la divagación, pero ha sido usted el culpable

Mis respetos, Luna.-