Explicación del absoluto

[M. Sánchez]

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[Hallie Hernández Alfaro]

El absoluto se mueve en la pendiente hermosa de tu poesía.

"paseante de inviernos
y catedrales muertas,
cualquier día de estos me estoy volviendo loco."

Una fuerza inconmesurable acompaña estos tres versos.

Enhorabuena, Manuel.

Abrazos y felicidad.

[Nésthor Olalla]

"qué graan explicación la del silencio", y qué bien se le entiende casi siempre, aunque a veces se exceda en su estridencia.


De alta gama lo tuyo, compañero.

Ha sido más que acertado el hecho de abrir tu puerta y mirar.


Un abrazo.

[Carmen López]

"Qué gran explicación la del silencio a solas,
la de la lentitud de las montañas,
el aliento del viento cruzando hasta escaparse,
el verso de Neruda enamorado,
la aspiración final del horizonte."

Tremendos versos Manuel, mi café elige siempre escucharte y yo nunca le llevo la contraria, los dos sabemos que eres un gran poeta.

Abrazos

Carmen

[Antonio Urdiales]

Es que es cierto, sólo frente al silencio y la reflexión sincera se puede hallar la verdad del camino que un día elegimos o nos eligió. ¿El poema? Una belleza, que me ha sido grato disfrutar en el breve tiempo de mi café.

Un abrazo.

[M. Sánchez]

Hallie, gracias por tu lectura tan continuada y tan de agradecer.
Un fuerte abrazo.

[Óscar Distéfano]

Tiempo añejo de luz envejecida,
con qué facilidad te rompes en mis manos.

Paseante de inviernos
y catedrales muertas,
cualquier día de estos me estoy volviendo loco.

Hoy quisiera dormir
bajo la inexperiencia,
esa belleza acuosa y cristalina
parecida al regato,
que atrae a las figuras inocentes burladas por el cosmos.
Y que una voz me cante
muy lejos de un paisaje de miradas.

Qué gran explicación la del silencio a solas,
la de la lentitud de las montañas,
el aliento del viento cruzando hasta escaparse,
el verso de Neruda enamorado,
la aspiración final del horizonte.

No supe resolver una ecuación
con una sola incógnita: las turbias apariencias.
Y ahora quedan los sobres y las cartas
nutridos con palabras impacientes.

Tal como nos tienes acostumbrados, un poema redondo, diciente, con un ritmo perfecto, muy agradable al oído. Mis aplausos, amigo.

Un abrazo.
Óscar