J. J. M. Ferreiro escribió:Ya ha llegado el tiempo,
el de tocarte con los dedos los labios.
Porque ahora con el cansancio,
sentimos la velada frontera del abismo
en este persistir agónico
de una bomba en el pecho;
un ruido, otro ruido en la caverna roja;
movimientos, trasvase de fluidos, permuta de nutrientes…
desechos metabólicos a combustión muy tibia.
Disfruto del coraje de estos ritmos
y de estas cosas de la sangre,
pero al final se extinguirá el esplendor
del fuego que templa la mirada,
germinará otro aroma
en las sedas de tus cabellos,
oscilarán las médulas
en otros alvéolos.
La cifra de la sed será otra agua.
Abandonamos la inexistencia sin memoria
y saltamos de nuevo a ella hacia el olvido.
Una mirada madura, realista, sobre las vicisitudes del paso del tiempo, del tempus fugit. También hay mucho de ese sentimiento del carpe diem: "Disfruto el coraje de estos ritmos". Un poema que se nutre, es cierto de los clásicos temas de la poesía; pero, con una voz que es mezcla de una visión del hombre moderno y del mismo hombre de hace miles de años se encuentra atrapado en todo tipo de cavernas. La pulcritud formal, el ritmo paradigmáticamente poético son características que le brindan un plus de calidad indiscutible, en estos tiempos en que se pretende justificar adefesios prosaicos como si fueran versos.
Un abrazo grande, amigo.
Óscar
Obs: edito este comentario luego de una segunda lectura y al percatarme de que ha experimentado una reescritura. Quiero enfatizar que esta práctica (que yo también la estoy llevando a cabo en varios poemas míos posteados en este foro, y que invito a los compañeros a practicarlo) es un acto legítimo y renovador de la poesía actual (Góngora, por ejemplo, lo detestaba). He leído que el poeta mexicano José Emilio Pacheco (premio Cervantes 2009) es un gran poeta de la reescritura y de la intertextualidad (sin rubor alguno). Entonces, si el tiempo que nos permite vivir nos brinda la oportunidad de categorizar de alguna manera nuestros escritos gracias a la experiencia y a los estudios adquiridos, ¿por qué no hacerlo? Finalmente, lo que importa verdaderamente es el poema, el único testimonio que quedará de nuestra efímera existencia.
Doble salud por este poema, amigo.
Óscar