EL VIOLINISTA DE PARIS

[Javier Dicenzo]

El violinista de París

( Dedicado a Toti Paladini)

Aquella tarde en la estación de subtes por Buenos aires, se sentó un violinista, estaba en un rincón de esa estación, apasionadamente tomó el instrumento y el sonido inundó el lugar. Tocó obras importantes, así transcurrió la tarde, tocando delicadamente. La gente lo ignoraba, pasando como si no estuviera. Al anochecer una mujer se le acercó y le dijo: - Dáme el gusto de entregarte mil pesos usted es el famoso compositor Strauss.
El visitante bajó la mirada y le respondió:
- Muchos profetas han pasado por esta ciudad, mas nadie se ha dado cuenta, guarda ese dinero y entréguelo a los pobres, usted ya me ha pagado con su reconocimiento.
En otro contexto el violinista ingresó al teatro Colón vestido de gala con un sombrero de oro. Se presentó de negro ante un publico numeroso, se sacó el sombrero, saludó a la presidenta Alfonsina. Esa noche ejecutó las piezas mas difíciles que se han creado.
Al día siguiente tomó un avión de línea hacia Europa, allí afiló el violín, se vistió de harapos, se ensució las manos y el cuerpo, se revolcó por el suelo varias veces, tomó su impecable violín y se dirigió al subte de París. La noche estaba serena y el sonido de los pájaros era insistente. Aquella noche tocó hasta el amanecer, pasaron por allí muchas personas que lo ignoraban por su aspecto. Tras las horas luego del último arpegio el baladista de Francia dejó de tocar, y tras el sonido perdido, apareció un señor aplaudiendo.
- Usted es el gran compositor Strauss, le doy la bienvenida a mi ciudad, es grato tenerlo aquí entre nosotros, le ofrezco por este espectáculo que brindó en este subte la cuarta parte de mis acciones en el banco de Suiza…
El baladista miró los ojos del gobernador de la ciudad, las campanas sonaban a lo lejos fuera de la estación, y el viento era sereno, con un aroma a ceniza del tiempo pasado, como unas flores secas del horizonte. El violinista agarró un poco de tierra lo tiró sobre los pies del político se levantó, le dio un abrazo y se marchó silbando una canción.

[Hallie Hernández Alfaro]

El violinista de París

( Dedicado a Toti Paladini)

Aquella tarde en el subte de Buenos Aires, se sentó un violinista; estaba en un rincón de esa estación. Apasionadamente tomó el instrumento y el sonido inundó el lugar. Tocó obras importantes, así transcurrió la tarde, tocando delicadamente. La gente lo ignoraba, pasando como si no estuviera. Al anochecer una mujer se le acercó y le dijo: - Deme el gusto de entregarle mil pesos; usted es el famoso compositor Strauss.
El visitante bajó la mirada y le respondió:
-Muchos profetas han pasado por esta ciudad, mas nadie se ha dado cuenta; guarde ese dinero y entréguelo a los pobres;usted ya me ha pagado con su reconocimiento.

En otro contexto el violinista ingresó al teatro Colón, vestido de gala con un sombrero de oro. Se presentó de negro ante un público numeroso, se sacó el sombrero, saludó a la presidenta Alfonsina. Esa noche ejecutó las piezas mas difíciles que se han creado.

Al día siguiente tomó un avión hacia Europa, allí afinó el violín; se vistió de harapos, se ensució las manos y el cuerpo, se revolcó por el suelo varias veces tomó su impecable violín y se dirigió al subte de París. La noche estaba serena y el sonido de los pájaros era insistente. Aquella noche tocó hasta el amanecer, pasaron por allí muchas personas que lo ignoraban por su aspecto. Tras las horas luego del último arpegio el baladista de Francia dejó de tocar, y tras el sonido perdido, apareció un señor aplaudiendo.
-Usted es el gran compositor Strauss, le doy la bienvenida a mi ciudad, es grato tenerlo aquí entre nosotros, le ofrezco por este espectáculo que brindó en este subte la cuarta parte de mis acciones en el banco de Suiza…

El baladista miró los ojos del gobernador de la ciudad, las campanas sonaban a lo lejos fuera de la estación, y el viento era sereno, con un aroma a ceniza del tiempo pasado, como unas flores secas del horizonte. El violinista agarró un poco de tierra lo tiró sobre los pies del político se levantó, le dio un abrazo y se marchó silbando una canción.

La idea de tu relato es muy buena, javier. He agregado unos puntos y comas; separé algunos párrafos. Lo subo por si quieres volverlo a leer y quizás revisar algunas palabritas que se repiten sin necesidad.

Saludos y felicidad.

[Javier Dicenzo]

Gracias por tu lectura.
javier