Oda al de Lucía

[Jose Sierra]

Anunciante, la primera tormenta de verano
matizó una tarde de contraste,
bajo un este turbulento
y un oeste despejado.
El final de un arco iris roto
indicaba el lugar del milagro
y presagiaba una noche distinta.

Un crujir de fortalezas rojas
ocurrió bajo el aguijón de Escorpio
en los jardines nazaríes,
poco antes de la hora de los espíritus.

Celoso Boabdil se asomó al atrio
allí el de Lucía unió el olor
a Alhambra y música de las constelaciones,
la brisa se impulsaba con el estremecimiento
de miles de almas embelesadas y
desbocaba los ríos subterráneos de cada ser.
Cada nota era un dedo en la espalda
cada acorde un escalofrío.

El centro del anfiteatro es su templo
donde con su letanía canta
el demiurgo hecho cuerpo,
el sacrificio del calvario
de un hombre en una vida
para transmutar dedos en
cuerdas, palabras;
para repartir comunión generosa,
en alardes de arpegios imposibles
convertidos en carne verosímil.

El dedo sixtino de Rafael tocando al hombre
el hombre tocando la bajañí,
un Francisco de Asís
regalando a los pobres de espíritu
un alma nueva, vigorosa y vibrante.

Atónita Garnata contempló
un momento único, irrepetible,
el latir de una lira antiquísima.
La expectación crepitaba ante
el espectáculo y
un coro de ángeles bajó
en seis cuerdas para cantar
desde el Olimpo:
un cante hondo y desgarrado
una sacudida al alma serena.

Supongo que así son los dioses.
Supongo que así son sus caprichos.

[M. Sánchez]

Bueno, pues efectivamente parece estarse oyendo a Paco, el de Lucia. Y ha sido un placer encontrarse con él a través de tu poesía.
Un fuerte abrazo.

[Óscar Distéfano]

Anunciante, la primera tormenta de verano
matizó una tarde de contraste,
bajo un este turbulento
y un oeste despejado.
El final de un arco iris roto
indicaba el lugar del milagro
y presagiaba una noche distinta.

Un crujir de fortalezas rojas
ocurrió bajo el aguijón de Escorpio
en los jardines nazaríes,
poco antes de la hora de los espíritus.

Celoso Boabdil se asomó al atrio
allí el de Lucía unió el olor
a Alhambra y música de las constelaciones,
la brisa se impulsaba con el estremecimiento
de miles de alma embelesadas y
desbocaba los ríos subterráneos de cada cuerpo.
Cada nota era un dedo en la espalda
cada acorde un escalofrío.

El centro del anfiteatro es su templo
donde con su letanía canta
el demiurgo hecho carne,
el sacrificio del calvario
de un hombre en una vida
para transmutar dedos en
cuerdas, palabras;
para repartir comunión generosa,
en alardes de imposibles
convertidos verosímil.

El dedo sixtino de Rafael tocando al hombre
el hombre tocando la bajañi,
un Francisco de Asís
regalando a los pobres de espíritu
un alma nueva, vigorosa y vibrante.

Atónita Garnata contempló
un momento único, irrepetible,
el latir de una lira antiquísima.
La expectación crepitaba ante
el espectáculo, mas el de Algeciras
nunca decepciona
y un coro de ángeles bajaron
en seis cuerdas para cantar
desde el Olimpo:
un cante hondo y desgarrado
una sacudida al alma serena.

Supongo que así, son los dioses
supongo que así, son sus caprichos.

Un poema que describe con gran altura poética las emociones suscitadas en el espíritu de un diletante. El ritmo es tan notoriamente preciso, que parece imbricarse con las ideas emanadas.

Ha sido un auténtico placer, amigo.
Óscar

[Nésthor Olalla]

Difícil tarea la de describir el duende, la magia y el milagro que es capaz de producir con su guitarra el genio de Algeciras. Tú lo has intentado con un resultado más que notable, compañero, y te felicito por ello.


Un abrazo.

[Pilar Morte]

Qué hermoso poema, se siente, se oye y nos envuelve en magia. Un placer
Abrazos
Pilar

[Hallie Hernández Alfaro]

Un poema excelente y precioso, José.

De colección y aplausos!!

Salud y felicidad.

[Guillermo Cumar.]

Abriste a través del verso la voz de la guitarra y un sonido de poesía
rondaba en los acordes con sabor a Alhambra desde la magia de los dedos
en contacto con la cuerda.

un abrazo

[José Manuel F. Febles]

Jose Sierra


Con una gran calidad poética, presentada, me he deleitado en la lectura de este excelente poema. Recibe mis felicitaciones y un cordial abrazo.

José Manuel F. Febles, desde mi isla.

[Roberto López]

[quote="Jose Sierra"]

Se trata de un poema muy elaborado. Debió ser un momento tremendamente intenso el que sentiste y que te empujó a fabricar un poema tan trabajado. Al mismo tiempo, supone un nuevo salto en tu periplo literario. Un abrazo, amigo.

[Ramón Carballal]

Sin duda debió de ser un momento muy especial. Lo has reflejado en buenos versos que se leen con agrado. Mi felicitación y un saludo cordial.

[Ana Muela Sopeña]

Bellísimo, José:

Has logrado un poema especial que eleva el espíritu.

Enhorabuena
Un fuerte abrazo
Ana

[Jose Sierra]

Bueno, pues efectivamente parece estarse oyendo a Paco, el de Lucia. Y ha sido un placer encontrarse con él a través de tu poesía.
Un fuerte abrazo.

Me alegro de haber podido transmitirte parte de la emoción de aquel concierto. Gracias por acercarte al poema.

Otro abrazo para ti.

[Jose Sierra]

[quote="Óscar Distéfano"]

Un poema que describe con gran altura poética las emociones suscitadas en el espíritu de un diletante. El ritmo es tan notoriamente preciso, que parece imbricarse con las ideas emanadas.

Ha sido un auténtico placer, amigo.
Óscar[/quote]

Gracias Óscar por tu comentario. Supongo que la inspiración la puso Paco que es capaz de hacer arte en mente ajena.

Un saludo.

[Jose Sierra]

[quote="Nésthor Olalla"]Difícil tarea la de describir el duende, la magia y el milagro que es capaz de producir con su guitarra el genio de Algeciras. Tú lo has intentado con un resultado más que notable, compañero, y te felicito por ello.
Un abrazo.[/quote]

Gracias Nésthor por tus palabras, los grandes son grandes no sólo por su propia grandeza sino porque elevan a los demás.

Un Abrazo.

[Jose Sierra]

[quote="Pilar Morte"]Qué hermoso poema, se siente, se oye y nos envuelve en magia. Un placer
Abrazos
Pilar[/quote]

Gracias Pilar por tus palabras.

Hoy el fallecimiento del maestro me ha sobrecogido, valga este humilde poema como humilde homenaje al más grande de la guitarra flamenca, la guitarra queda más muda y sus notas son lágrimas de pesar.