La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
me encanta este soneto, amigo. Me gusta la manera cómo lo encaras, cómo respetas la esencia del soneto, el lenguaje, las rimas, la complejidad sintáctica, la estructura de las estrofas, cada una con en su labor tradicional va desarrollando elegantemente el tema, el tono amoroso, el último verso extraordinario...
Me parece de muchísima calidad, de un sonetista que sabe muy bien lo que se hace.
Un abrazo.
Gracias, Pablo, por tu interesante coemntario. Te agradezco tu generosa opinión.
Un abrazo.
Ernesto.
<font size="1"><i>Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos - P. Neruda.</i></font>
Marius Gabureanu escribió:Es un muy hermoso soneto de amor. Siempre admiro a los que saben dibujar diamantes ( tan difícil es hablar de amor) sin quitar nada de sus brillos. Abrazos. Felicitaciones.
Gracias, Marius, por tu comentario.
Abrazos.
Ernesto.
<font size="1"><i>Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos - P. Neruda.</i></font>
Muy bueno, Ernesto, y muy original en los recursos utilizados. Enhorabuena.
Un abrazo.
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Toda verdad corre el riesgo de ser modificada por el tiempo.
cuando vivir era un pecado,
un cilicio sujeto a la ceniza posada en tu frente,
el estigma de un amor que nunca abandonó
las pulsaciones nerviosas de tu pecho
ni el bálsamo de luz que me turbaba en tu mirada.
(Playa de la Almadraba)