Ernesto Vecilla escribió:Me ha gustado el soneto. Veo en él reminiscencias rubenianas. Por ejemplo, una refinada "aristocracia verbal", especialmente en el terceto:
Y en la penosa índole escarlata
de un rosal moribundo, qué insensata
sufre su flor la refulgencia aleve:
que, según me parece, se aleja un tanto de la estética poética al uso, pero sin llegar a abrir una vía no transitada.
Saludos.
Ernesto.
Yo creo que el soneto tiene varios otros aires, estimado Ernesto. Es ineludible que las influencias de lo que hemos leído y aprehendido se filtren en nuestras obras. Lo penoso es el plagio; y, si este soneto está libre de tal sospecha, lo demás me resulta siempre un elogio. Yo no sé si existe una aristocracia verbal; las palabras son únicas, y somos nosotros, como individuos, quienes le brindamos su significado último. Los sinónimos no sirven cuando intentamos trasmitir una idea; sólo producen ambigüedades y falsos direccionamientos del mensaje poético. Tal es así que los vocablos escogidos (y la disposición sintáctica) en ese terceto son, a mi criterio, los únicos que podían acercarse a la idea de lo que deseaba trasmitir. Además, en un soneto rimado, hay que tener en cuenta la exigencia del ritmo de timbre, los acentos internos, etc.
En cuanto a que no pudimos abrir una nueva vía no transitada, sólo puedo decirte que quizás esa posibilidad escapa a mi talento como poeta. Yo sólo pretendí encontrar una nueva visión sobre el viejo tema poético del "tempus fugit".
Me ha encantado que hayas propiciado este intercambio amistoso. Es, para mí, muy importante ir conociendo los pensamientos de los compañeros del foro. El único requisito indispensable, a mi criterio, debiera ser la crítica que busque ayudar siempre con honestidad.
Un gran abrazo, amigo.
Óscar