Chandler está vivo

[F. Enrique]

Le dije el otro día a nuestro buen amigo el senador McCarthy, que después de haber vivido intensamente ambas, entre la locura y la muerte me quedaba con esta última.

No quise hacerlo, era sincero pero mentí, y ya sabes que casi nunca lo hago, excepto a los profesores de nuestro hijo pequeño y a ti, Confieso que prefiero la locura porque en la muerte no tengo siquiera la posibilidad de sufrimiento.

El hombre que se olvida del hombre y finge con toda su alma ser poeta termina, en realidad, siendo una máscara pálida de lo que pudo haber sido, una representación sin gracia de sí mismo.
(Conversaciones con Laura)

[Javier Dicenzo]

Me gusta el contexto en que está escrito este trabajo, un gusto pasar por tu relato lleno de locura y muerte, toda una reflexión del hombre y el poeta
javier

[F. Enrique]

Javier ¡Qué sorpresa! No me gustaría que me vieras como a un viejo marinero que fracasó en todos los mares reales e imaginados y que aconseja a los jóvenes que tienen en la sangre el veneno de la poesía con el crédito inextinguible de todos sus fracasos. Pero tenía que decírtelo, para mí tienes lo más importante, el alma de poeta y sufres por ello. Intenta burlar esa trampa, estuve hace unos días disfrutando mientras escribía y mis poemas eran tan sentidos como siempre. Escucha la obra del menor de los Davies que te aconsejé hace unos días.

Un abrazo, Javier, cuando quieras nos encontramos, me alegraste con tus reflexiones una tarde, y eso vale mucho.