Ana Muela Sopeña escribió:Extraordinario, Óscar.
Tu "Poecidio" es un poema profundo que nos permite reflexionar ampliamente sobre las verdades de la poesía y del existir puro y duro.
Resulta que los poemas salen mejor cuanto peor estamos. Desamores, muertes, soledad, problemas existenciales, denuncias de problemas sociales.
Por supuesto también se pueden escribir poemas de amor apasionado y además correspondido, nacimientos, amistad, la dicha de vivir, loas a cosas buenas de la vida y de la sociedad. Pero...¿Quién escribe así? Si hacemos una estadística de nuestros poemas siempre se inclina la balanza del lado de lo terrible. Incluso expuesto con belleza.
Al final, ser poeta puede ser una dicha (la dicha de crear), pero también una condena (la condena de poetizarlo todo, incluso lo más abyecto y lo más terrible). Tu poema es sencillamente una puerta, un umbral que nos invita a una reflexión sincera.
Ser poeta es vivir creando a partir de la palabra. Pero este mundo es un asco. Nosotros mismos...por mucho que no esforcemos porque nuestra vida sea feliz vemos que se nos escapa. Hay algo que se escapa. Nos pasa a todos. Incluso cuando tienes trabajo y un matrimonio "feliz" el existir en este mundo lleno de hambre y guerras es doloroso. No se puede ser feliz en un mundo en deterioro y descomposición.
Por ello tu poema es fantástico. ¿Somos poetas porque observamos las formas: métrica, ritmo, recursos estilísticos? O ¿lo somos porque expresamos lo que nadie se atreve a expresar?
La gente se lee libros de autoayuda para superar el desamor, para superar la crisis de los cuarenta y de los cincuenta, para superar la muerte de un ser querido y para superar la depresión.
Los poetas atravesamos la noche oscura del alma y escribimos, aunque eso suponga una condena o un poecidio como bien dices. Pero un día alcanzaremos la inmensidad.
Nos desgarramos y volvemos a renacer. Observamos las normas de la escritura poética y luego transgredimos pero lo más importante:
existimos porque escribimos poesía y eso ya...es mucho...
Un fuerte abrazo
Ana
Tu comentario, Ana, es para mí, además de bálsamo vital, una emoción enorme, no sólo por el elogio, sino también por la belleza con que has respondido. Has dicho muchas verdades sobre la vida y la poesía, verdaderas lecciones para cualquier diletante de las letras.
Me siento agradecido por tus bellísimas palabras. Siempre fuiste un gran apoyo para mí desde hace años. Tu dación hacia el trabajo artístico es encomiable.
Te mando un saludo caluroso y fraterno.
Óscar