Roxana Arrazola escribió:Ay... no sé qué ha pasado... (mandé un comentario, pero se me ha perdido) =P
Vale, lo escribo de nuevo y si se repite, pues ya sabes por qué.
A ver... te decía que me gusta mucho la imagen, te decía que de pronto recordé a Lihn y su estación terminal... sin ánimo de hacer comparaciones ¿ah? (nada de eso) pensaba en tu poema, en la imagen y en ese par de palabras... la estación terminal.
Tu poema lleva probablemente esa carga de nostalgia, la consigna de quien habla como atravesando pasajes, para detenerse en ellos, y qué es el amor y qué es la despedida sino un pasaje... uno que se camina, uno que devuelve los pasos, uno que se aleja cuando alguien se despide o ve partir... y que es uno mismo sino un pasaje, parte del recorrido. Ahora... conmueve mucho, la manera en que se te presiente en ellos... la manera en la que nombras evocando, la manera en que te vuelves también palabra desprendiéndose, pero abarcando...
Es muy bonito, Enol, creo que ya lo había leído en tu blog (me desmientes si no es así) ha sido grato volver a leerle.
(Y más grato encontrarte aquí, compartir contigo).
Un beso y un abrazo grande.
Su alumna, Rox.
Ya no estoy en edad de soportarme en este trance
ni los bolsillos vacíos ni la efusión sentimental son cosas de mi agrado,
hasta leyendo mis propios versos más o menos románticos bostezo
y se me dormiría la mano si tuviera que escribirlos.
Seguiremos citando a Lihn gradísima Rox, pero para recalcar que tú eres una de las personas que hacen que mi mano no se duerma y este pequeño cerebro reviva cada día. Ni se te ocurra volver a despedirte con un "
Su alumna, Rox" o arderá México y lo que tenga que arder.
Aprendo mucho contigo, por eso estoy aquí.
Gracias siempre por tus comentarios y tu gran hacer.
Beso admirado y fiel.
PD. Que leas mi blog es sencillamente vergonzoso. ¡Arrepientete! Y sí, allí está esta desdicha de texto...