LOS EXILIADOS DE LA GRUTA DEL LAGO

[Jorge Sánchez]

Eran algo parecido a sombras, pero tenían una consistencia capaz de afectar su rostro. Cuando ella daba un paso hacia la izquierda, dos o tres de estos huéspedes replicaban moviéndose hacia la derecha y viceversa. No alcanzaba a comprender su significado, pero siempre estaban presentes en su mundo, aunque cuando soñaba era menos consciente de ellos. Eran muy rápidos y con frecuencia escapaban al escrutinio de su mirada, pero cuando alcanzaba a obtener una imagen efímera de alguno de ellos, podía ver su pequeña cabeza de gato, con un solo ojo, casi siempre de una tonalidad clara, en el centro de su arrugada cara, su gesto casi siempre burlesco y su cuerpo de libélula. A menudo distintos objetos quedaban adheridos a sus alas, y aunque ella intentaba agarrarlos, nunca llegaba a tiempo. Como mucho provocaba que el extraño animal arrojase cabreado su tesoro, ya fuese un trozo de madera, una regla o un vaso lleno de vino, y le salpicasen trozos en la cara.


Jorge

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[Hallie Hernández Alfaro]

Muy bueno, pero que muy bueno, Jorge.

Ha sido un flash magnífico de la realidad fuera de los árbitros humanos. Se lee de un tirón.

Felicitaciones y aplausos.

[Jorge Sánchez]

Gracias, Hallie.
Me sorprende, porque es un trabajo atípico en mí.
La reacción suele ser de perplejidad, pero estaba seguro de que a alguien le gustaría ese mundo de ficción.
Jorge