Capitán

Felipe Vásquez

Marea baja, un sabor a realidad
a tierra y a olas que van,
de nuevo naufrago y aún en mar.
Nada, sale del agua,
se sacude la sal,
camina, toca la arena,
como nuevo el capitán.
Mató su sirena,
la mirada aún fría y serena.
El capitán, su propio Rey en altamar.
Frente en alto, es un asesino,
mató su maquina de vapor,
le agarró y extirpó su vino,
ese que le embriagaba,
ahora es sobrio,
ya es muerto y vivo a la vez,
entumecido en la realidad,
la de un pirata sin mar.
Entumecido camina,
y por esa orilla tambalea,
entumecido mira arriba,
y grita:
“No soy más, ni nunca seré más…”
“¡NO VOLVERE!, a ser incapaz.”
Cae, de rodillas
y toca la arena,
con sus mejillas,
como niño, llora y llora,
como un niño que implora.
Así se levanta, el Capitán,
el que fue Rey en altamar,
así se levanta, entumecido,
sin mirar atrás y sin olvido,
así se levantó por ultima vez,
decidido a navegar,
sin timón y sin mar,
sin buscar agua ni río
si no cambia, todo perdería sentido.
Así, ese hombre dejó atrás,
sin pena y sin pesar,
todo lo que fue y será,
lo dejó, porque sabe
que debe aprender de nuevo a navegar,
en un mundo de asfalto
un mundo que no conoce el honor
y no conoce aún el temor,
el temor que causa un hombre
que con su voluntad,
dominó los vientos y el mar.

[RIGHT]Felipe Vásquez
Ente Pensante
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Quinteño de Greda

Arriba el poema de quien comparte...
Un placer pasar por tu mar de versos.
Un abrazo.

Josefa A. Sánchez

Una propuesta interesante. Hay muchas clases de travesías. Gracias por compartir.
Un abrazo.
Pepa