
Un ángulo, la traza de elegancia
con cítrica cosecha por posado;
su torso de naranjas perfumado
inunda los espacios de fragancia.
Rebosa plenitud de tal substancia
la grácil portadora en su costado.
El cuadro que dejó tan bien plasmado
al marco proyectó suma prestancia.
Tal obra, se encumbró de su paleta,
dotando de verdad, frutos y dones
la forma de mujer muy bien completa.
Humano bodegón, fueron razones:
pintar junto a naranjas y silueta
la bella redondez de dos limones.