El boxeador

[F. Enrique]

Gracias, Hallie. A veces lo importante de un poema es que tenga significado en tu vida, si logras transmitirlo aunque sea a unas pocas personas, percibes que es a travás de tus propias experiencias conectas con los otros. Sé que estos versos quizás no los hubiera escrito nunca de no habelo hecho en aquel momento, y que, quizás, en este poema el verso no tenga demasiada importancia, ¿no me enseñaron a arrojar la toalla o no he querido aprenderlo?

Un abrazo.

[F. Enrique]

Gracias, Guillermo, espero haber logrado que el que no arrojaras la toalla no fuera por falta de ganas. Lo considero un poema muy extraño dentro de lo que escribo, vuestras palabras hacen que me plantee volver a ello.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Creo, Ramón, que casi todos luchamos y el límite de nuestra resistencia nos lo da nuestras propias circunstancias. Digamos que aquí, yo, por lo menos, veo que la naturaleza humana nos ha dotado de una cualidad positiva.

Gracias, Ramón, un abrazo.

[Josefa A. Sánchez]

Me ha gustado como el poema te enfrenta a ti mismo en singular combate y como te vences, también a ti mismo, sin rendirte en esa lucha. ( Y, como anécdota, apuntaré que yo también soy una Pepa de medina edad que hasta hace poco servía cafés). Un placer compartir versos, e incluso una toalla virtual, contigo
Un abrazo.
Pepa

[F. Enrique]

Gracias, Rafael, a veces se nos hace necesario hablar de esos momentos en los que no estamos bien, cuando lo importante es resistir y recoger con el corazón abierto cualquier muestra de calor humano.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Quizás, J.M.M., tú hayas hecho una profundización más aguda de Kafka y creo que te refieres a la sensación angustiosa que nos deja El Proceso, yo hacía una mención más mesurada y conformista proveniente, creo, de su correspondencia. Quizás sea verdad que aquellos que nos encontramos la democracia de golpe tuvimos unas expectativas que se han visto traicionadas, es muy duro verte gobernado por algunas personas que cuando se les escapa alguna impertinencia te demuestran que no creen en esa palabra; democracia; todo es un juego en el que tengo en las manos las ilusiones de quienes me eligen pero a los que considero de una clase inferior. Me alegra que tengas esa lucidez analítica y poder contar contigo en este duro camino para perseguir la verdad aunque no nos guste.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Gracias, Roberto, por estas palabras tan hermosas que le dedicas a este poema. Tan lejos como está de mi ideal estético y de la forma en que más a gusto me siento escribiendo poesía, tiene algo que lo acerca a mi forma de ver las cosas cuando no acaban de ir bien, te citaré versos sueltos de Pessoa para recordar lo que el gran poeta portugués me transmitía mientras el mundo se hundía y se hacía denso; "Pulsaré como Nerón la lira / pero el incendio no hará falta" y su "Mientras no me voy rindiendo..."

Un abrazo.

[Macedonio Tracel]

(F) me ha gustado y aparte me sentí contenido. siempre todo con calzador y descolocado. la mayoría de las veces cinchando solos. y las rachas... bueno. sin creer en dios unos de los pocos momentos que lo siento es cuando te dicen que la racha adversa es parte de las pruebas que te pone dios y me dan ganas de putear. todavía sigo. todavía seguimos. no se si somos boxeadores porque sabemos pelear o por las piñas que nos ponen. esperemos que queden pocos rounds porque me quedan pocos dientes. saludos, campeón

[F. Enrique]

Esto que me cuentas, Pepa, es algo que te hace más humana y más creíble si cabe cuando haces algunas confesiones fuertes, y que, sin saber decirte exactamente por qué, de tener algún valor sobre tu poesía, solo podría ser añadido. Espero que la causa por la que ya no sirves cafés, como tenemos el patio nunca se sabe, sea porque has encontrado algo mejor, me refiero en cuanto a retribución económica, y que, bueno, es un trabajo muy duro y que me consta que no te habrá dejado mucho tiempo para dedicarte a esta poesía nuestra de todos los días, ya que como te dije alguna vez, respeto mucho ese trabajo y, además, descubrí por mí mismo que haciéndolo con cordialidad se hace mucho más por los otros de lo que mucha gente pudiera pensar.

Al hilo de este tema que tanto me preocupa, he añadido, Pepa, unos versos a modo de entrada, te lo digo, por si los llegas a leer, en los que sigo de una manera muy particular los principios más identificables de la poesía confesional anglosajona; espontáneos, con un olvido casi absoluto de la forma y sin la mínima reflexión para agarrarnos a algo que nos lo identifique como versos. Me ha parecido interesante añadirlo, y como yo digo, a veces, hay que tener valor para escribir algunas cosas y una temeridad al borde de la locura para mostrarlas.

Ya sé, ya sé, Pepa que cuando me da por ahí, hablo mucho, pero, bueno es un placer dirigirme a ti, darte las gracias y un abrazo.

[José Manuel Sáiz]

Si el poema ya me había entrado por el corazón, aún más lo ha hecho tu comentario a Pilar en el que desentrañas el sentido del mismo. Hay tanta poesía en los versos como en ese precioso comentario. Una segunda lectura se hacía imprescindible, y tras ella la emoción coge altura.
Te felicito, amigo
J. Manuel

[Carlos Justino Caballero]

F. Enrique,
Excelente poema lleno de contenido y enseñanzas que aplaudo, poeta! Mis congratulaciones.

[F. Enrique]

Muchas gracias, Macedonio, me gusta mucho sentir ese deseo que tienes de comunicar y de aprovechar cada oportunidad que tienes de hacerlo para demostrar que eres una persona inquieta, que esa búsqueda puede, a veces, llegar a desconcertar ya que tu imaginación puede establecer relaciones no siempre fáciles de encajar en el texto del que se habla, pero, yo al menos, la agradezco y mucho; estamos luchando por la literatura y estamos tan heridos que queremos decir vida. En este poema no puedo, ni quiero diferenciar al hombre del poeta. En los tiempos de la revolución de los medios de comunicación somos algunos los que hemos percibido que quizás sea este último el que ha quedado más aislado, el que a través de su soledad descri8be la de otras personas y canta y describe tantas cosas que no son justas. Particularmente, y esto te lo digo con la misma sinceridad que has tenido conmigo, exista o no exista, hace tiempo que dejó de preocuparme Dios, pienso que es entre nosotros los hombres, entre quienes podemos hacer un mundo menos raro.

Un abrazo.

[Marius Gabureanu]

Enrique, un poema muy especial. Me ha gustado mucho el tema, la valentía innata, a pesar del sufrimiento que supone, a veces, la vida. Y sobre todo, la rutina. Realista, de los mejores. Felicitaciones sinceras. Mis abrazos.

[F. Enrique]

Me alegra mucho, José Manuel, de que te hayas acercado a este poema perteneciente a una tendencia que, quizás, nunca ha encajado del todo bien en nuestra manera de entender las cosas. Yo mismo no me veía en él hace unos años, y mucho menos añadiendo notas que pudieran ayudar a explicarlo; consideraba que el poema debía hablar por sí mismo y que, en cierta forma, fallaba cuando las necesitaba. He cambiado, aunque no creo que tanto; no me dado cuenta ahora de que hay muchas maneras válidas de expresarse o lo lícito de buscar la forma que cada uno ve más adecuada para lo que intenta, pero sí que me he hecho más tolerante y encuentro fascinante esa diversidad; en cuanto reconocí la tuya me encantó. Gracias por tu generosidad hacia lo que yo escribo de parte de este boxeador que no quiere hacer daño a nadie, solo seguir adelante con un poco de ilusión.

Un abrazo.

[Víctor F. Mallada]

Hola, F. Enrique.

La primera vez que leí este poema, ya hace un tiempo, me dejó el cuerpo con un poso de tristeza. Lo volví a leer días después y lo vuelvo a leer ahora y la sensación que me deja es que es un excelente trabajo aunque no comulgue con muchas de las cosas que aquí dices. Con el tiempo acabamos creyendo lo que queremos, porque el ejercicio de libertad de cada día, se impone, incluso a nuestra conciencia. En fin, que a Kafka lo leí de joven y nunca me gustó como libro de cabecera. Mi libertad, sospecho.

Un placer de lectura, amigo, aunque me deje el cuerpo... pa'allá.

Víctor