Había una vez
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
- Josefa A. Sánchez
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Re: Había una vez
Luna de Nos escribió:Hallie Hernández Alfaro escribió:.
"No tengo miedo, al mirarte de cerca he visto cuentos infantiles
y un olor de ginebra castigada.” La dama y el escritor vagabundo, Rafel Calle.
Adicto a la negrura del parnaso; las últimas páginas crepitan en la hoguera. Trozos de pan y restos de vino alineados contra la sabiduría del gen. Y nada, mucha nada, retozando con los alveolos de un creador menguado. Años gastados en la pena de vivir, en su nefasta carencia, en los amuletos rezagados que no pueden frotarse como una lámpara mentirosa. Esperar, un verbo mermado por el arsénico de los malos tiempos. Esperar y creer, entre miserables aullidos de estepa inclemente. Solo. Lejos. Tentado por la huella del ser platónico, de la alianza - irracional y deseada-.
Ella sonreía al cruzar el lindero de la cordura. Contaba los pasos hacia la lírica del territorio soñado. Visión e inocencia, umbral del miedo. Todo en él podia ser imperdonable, vicioso, alucinado; pero no debía detenerse en el laberinto de los cobardes, ni recorrer sus celdillas, ni vaciar las manos. Se acercó lo suficiente para no asustarle. La línea boreal indicaba un camino de flechas envenenadas. Abrió sus labios para susurrar algo y colocó las palmas abiertas en el lado izquierdo de su pecho. Un latido confesaba lo imposible. La muerte era un sueño voraz que alimenta el silencio; había un único antídoto para la fatalidad de los condenados.
Ya no estaban solos. Imaginaron un hogar estrecho, sobrio, con ventanas de luz. Aquí o más alla, el amor oscilaba en sus cuerpos casi inertes. Sin saberlo siquiera, escribieron la leyenda.
Hallie
Hallie, al leer el título inevitablemente uno se siente niño, con esa curiosidad natural de conocer una historia y con la avidez que produce en esa etapa de la vida, tan maravillosa la una como la otra.
Me hizo recordar -aunque mis pensamientos suelen 'entreverarme' demasiado- a Tristán e Isolda.
Claro que toda historia de amor o desamor, siendo particular es universal al mismo tiempo.
Vaya un fuerte abrazo hasta 'allá' Luna.-
Mil gracias por venir, querida poeta.
Tristán e Isolda ha sido un libro querido para mí. No me extrañaría que sus rastros influenciaran mi inconsciente al intentar algo de poesía. Es cierto, todas las historias de amor o desamor van impresas en el imaginario universal. Son un poco nuestras aunque no las hayamos vivido.
En este Había una vez el amor es el único responsable de enmendar destinos, salvar vidas...
Te devuelvo ese abrazo multiplicado; mucha felicidad y poesía.
Hallie
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Re: Había una vez
Ramón Ataz escribió:He destacado en negrita las mejores partes de este poema y luego he subrayado la causa y razón de tanta calidad.Hallie Hernández Alfaro escribió:.
"No tengo miedo, al mirarte de cerca he visto cuentos infantiles
y un olor de ginebra castigada.” La dama y el escritor vagabundo, Rafel Calle.
Adicto a la negrura del parnaso; las últimas páginas crepitan en la hoguera. Trozos de pan y restos de vino alineados contra la sabiduría del gen. Y nada, mucha nada, retozando con los alveolos de un creador menguado. Años gastados en la pena de vivir, en su nefasta carencia, en los amuletos rezagados que no pueden frotarse como una lámpara mentirosa. Esperar, un verbo mermado por el arsénico de los malos tiempos. Esperar y creer, entre miserables aullidos de estepa inclemente. Solo. Lejos. Tentado por la huella del ser platónico, de la alianza - irracional y deseada-.
Ella sonreía al cruzar el lindero de la cordura. Contaba los pasos hacia la lírica del territorio soñado. Visión e inocencia, umbral del miedo. Todo en él podia ser imperdonable, vicioso, alucinado; pero no debía detenerse en el laberinto de los cobardes, ni recorrer sus celdillas, ni vaciar las manos. Se acercó lo suficiente para no asustarle. La línea boreal indicaba un camino de flechas envenenadas. Abrió sus labios para susurrar algo y colocó las palmas abiertas en el lado izquierdo de su pecho. Un latido confesaba lo imposible. La muerte era un sueño voraz que alimenta el silencio; había un único antídoto para la fatalidad de los condenados.
Ya no estaban solos. Imaginaron un hogar noble, sobrio, con ventanas de luz. Aquí o más alla, el amor oscilaba en sus cuerpos casi inertes. Sin saberlo siquiera, escribieron la leyenda.
Hallie
Emoción e inteligencia, son dos palabras que definen tu obra, Hallie. Te robo tus aplausos para devolvértelos aumentados.
Un abrazo fuerte.
Ramón, qué sensibilidad generosa la tuya. Gracias miles, por tu solidaridad con mis humildes trazos.
Un abrazo enorme y mucha felicidad.
Hallie
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Re: Había una vez
Israel Liñán escribió:Hallie Hernández Alfaro escribió:.
"No tengo miedo, al mirarte de cerca he visto cuentos infantiles
y un olor de ginebra castigada.” La dama y el escritor vagabundo, Rafel Calle.
Adicto a la negrura del parnaso; las últimas páginas crepitan en la hoguera. Trozos de pan y restos de vino alineados contra la sabiduría del gen. Y nada, mucha nada, retozando con los alveolos de un creador menguado. Años gastados en la pena de vivir, en su nefasta carencia, en los amuletos rezagados que no pueden frotarse como una lámpara mentirosa. Esperar, un verbo mermado por el arsénico de los malos tiempos. Esperar y creer, entre miserables aullidos de estepa inclemente. Solo. Lejos. Tentado por la huella del ser platónico, de la alianza - irracional y deseada-.
Ella sonreía al cruzar el lindero de la cordura. Contaba los pasos hacia la lírica del territorio soñado. Visión e inocencia, umbral del miedo. Todo en él podia ser imperdonable, vicioso, alucinado; pero no debía detenerse en el laberinto de los cobardes, ni recorrer sus celdillas, ni vaciar las manos. Se acercó lo suficiente para no asustarle. La línea boreal indicaba un camino de flechas envenenadas. Abrió sus labios para susurrar algo y colocó las palmas abiertas en el lado izquierdo de su pecho. Un latido confesaba lo imposible. La muerte era un sueño voraz que alimenta el silencio; había un único antídoto para la fatalidad de los condenados.
Ya no estaban solos. Imaginaron un hogar noble, sobrio, con ventanas de luz. Aquí o más alla, el amor oscilaba en sus cuerpos casi inertes. Sin saberlo siquiera, escribieron la leyenda.
Hallie
Hallie qué gran poema-relato nos dejas. Las imágenes de los protagonistas se forman en la mente según vamos leyendo, para desembocar en el final, ese final que te deja con la piel de gallina.
Me encantó.
Un abrazo.
Gracias, compañero. Tu huella valiosa engrandece mis humildes trazos.
Abrazos y mucha poesía.
Hallie
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Re: re: Había una vez
Isabel Moncayo escribió:Se te da de lujo contar historias, has hilvanado ésta, al hilo del poema de Rafel, brillantemente, cosa es habitual, no me canso de leerte, sé que algún día veré tu nombre muy muy alto, y humildemente diré: es mi amiga y me alegraré de corazón, gracias por el disfrute de este momento mágico... un abrazo...
Isabel, tus ojos de gran poeta me favorecen con su brillo sensible y generoso.
Gracias por andar en mis escritos. Un honor compartir este espacio contigo.
Beso grande.
Hallie
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LUIS MARIÑO escribió:Que maravilla de prosa, Hallie. Desborda intensidad, belleza y calidad poética. Un verdadero lujo es leerte,
(No puedo destacar nada en especial porque TODO entero es genial).
Mi más sincera felicitación y mis aplausos Poetisa. Un abrazo.
Luis, no te imaginas cómo agradezco tu comentario generosísimo y tu solidaridad para mis intentos.
Mil gracias por tu entrañable presencia.
Un abrazo.
Hallie
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Rafel Calle escribió:Amiga Hallie, es un privilegio que hayas escogido unos versos de mi poema La dama y el escritor vagabundo, para encabezar este hermoso trabajo; te lo agradezco mucho.
El hombre perdido en el cosmos de su escritor. Desalentado y no se sabe por qué.
En realidad, existe un gran desapego a todo lo material. El escritor no encuentra razones para crear y se decide por crear un mundo a la medida de las grandes sensaciones que demanda su inventiva. Solo existe el escritor y el hombre se disipa. Es un claro ejemplo del hombre absolutamente centrado en ser artista, por lo que la consecuencia es nefasta para el hombre. Y en estas, aparece una mujer. Ella le recuerda lo grato de sentir la calidad del calor en los cuerpos mermados en un zaguán de frío y mármol. Ella o un duende son los responsables de que el escritor recuerde que, si quiere escribir, no puede dejar que muera el hombre que lo habita. Y es que el frío mata. Por el calor al amor. Y colorín acalorado…
En fin, con tu estilo metafórico en busca del impacto y que, además, quiere narrar el suceso -asunto reseñable porque tal mezcolanza, en sí misma, entraña una gran dificultad literaria-, recreas el fantástico mundo que siente tu poeta y logras vertebrar un cuento con final feliz en un bellísimo poema en prosa que bien podría ser un poema en verso con tan solo fraccionar los campos sintácticos entre pausa y pausa versales.
Ha sido un placer leerte, siempre lo es. Felicidades por el poema. Y de nuevo muchas gracias por todo, compañera.
Un fuerte abrazo.
Rafel, gracias miles por toda tu atención para Había una vez. Su esencialidad está inspirada en tu poema. Cuando leí, La dama y el escritor vagabundo, me cautivó la emoción de ella al afirmar que no tiene miedo porque ha visto en él, cuentos infantiles y ese olor a ginebra castigada, me pareció espectacular; por tanto, soy yo, la agradecida por haber podido encontrar tantísimo en tu obra. Tomo nota de tu reflejo en cuanto a la posibilidad de fraccionar los campos sintácticos. Sentir, explorar, aprender y disfrutar; de eso, entre otras cosas, se trata la intención poética.
Tu valoración positiva me compromete muchísimo, ya lo sabes.
Abrazos.
Hallie
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Re: re: Había una vez
Pilar Morte escribió:Hay mucha hermosura en esta prosa poética que cuenta y lo hace con la calidez y calidad que llevan tu sello
Eres un lujo en Alaire
Abrazos
Pilar
Pilar querida, gracias, muchas gracias, por dejarme esas palabras generosas y llenas de ánimo.
El lujo es poder estar aqui, con vosotros, para aprender y compartir.
Un abrazo enorme.
Hallie
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Josefa A. Sánchez escribió:Estos cuento-poemas tuyos, deberían venir con una bombona de oxigeno de emergencia.
Un abrazo.
Pepa
Muchas gracias, Josefa, por andar entre mis cosas y premiarlas con tu lectura y aprecio. Me has hecho reir con eso del oxígeno [img]images/smiles/icon_smile.gif[/img]!
Un abrazo.
Hallie
- Marisa Peral
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Re: Había una vez
No sé cómo se me había escapado esto tan precioso y al ver el título tan de nuestros cuentos infantiles he pensado, aquí hay algo bueno, como todo lo de Hallie.Hallie Hernández Alfaro escribió:.
"No tengo miedo, al mirarte de cerca he visto cuentos infantiles
y un olor de ginebra castigada.” La dama y el escritor vagabundo, Rafel Calle.
Adicto a la negrura del parnaso; las últimas páginas crepitan en la hoguera. Trozos de pan y restos de vino alineados contra la sabiduría del gen. Y nada, mucha nada, retozando con los alveolos de un creador menguado. Años gastados en la pena de vivir, en su nefasta carencia, en los amuletos rezagados que no pueden frotarse como una lámpara mentirosa. Esperar, un verbo mermado por el arsénico de los malos tiempos. Esperar y creer, entre miserables aullidos de estepa inclemente. Solo. Lejos. Tentado por la huella del ser platónico, de la alianza - irracional y deseada-.
Ella sonreía al cruzar el lindero de la cordura. Contaba los pasos hacia la lírica del territorio soñado. Visión e inocencia, umbral del miedo. Todo en él podia ser imperdonable, vicioso, alucinado; pero no debía detenerse en el laberinto de los cobardes, ni recorrer sus celdillas, ni vaciar las manos. Se acercó lo suficiente para no asustarle. La línea boreal indicaba un camino de flechas envenenadas. Abrió sus labios para susurrar algo y colocó las palmas abiertas en el lado izquierdo de su pecho. Un latido confesaba lo imposible. La muerte era un sueño voraz que alimenta el silencio; había un único antídoto para la fatalidad de los condenados.
Ya no estaban solos. Imaginaron un hogar noble, sobrio, con ventanas de luz. Aquí o más alla, el amor oscilaba en sus cuerpos casi inertes. Sin saberlo siquiera, escribieron la leyenda.
Hallie
Y me he quedado sin saber qué decirte que no suene repetitivo o que se quede tan corto que parezca una respuesta de cortesía. Y he leído las respuestas de los compañeros así que mi respuesta es la misma de Marius, Luis, Guillermo, Rafel, Pilar, Ramón, Pepa, Luna, Ana, Israel, Isabel... de todos cojo algo para decirte que eres única y que me encanta leerte.
Un beso grande, amiga poeta.
Marisa Peral Sánchez
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Re: Había una vez
Marisa Peral escribió:No sé cómo se me había escapado esto tan precioso y al ver el título tan de nuestros cuentos infantiles he pensado, aquí hay algo bueno, como todo lo de Hallie.Hallie Hernández Alfaro escribió:.
"No tengo miedo, al mirarte de cerca he visto cuentos infantiles
y un olor de ginebra castigada.” La dama y el escritor vagabundo, Rafel Calle.
Adicto a la negrura del parnaso; las últimas páginas crepitan en la hoguera. Trozos de pan y restos de vino alineados contra la sabiduría del gen. Y nada, mucha nada, retozando con los alveolos de un creador menguado. Años gastados en la pena de vivir, en su nefasta carencia, en los amuletos rezagados que no pueden frotarse como una lámpara mentirosa. Esperar, un verbo mermado por el arsénico de los malos tiempos. Esperar y creer, entre miserables aullidos de estepa inclemente. Solo. Lejos. Tentado por la huella del ser platónico, de la alianza - irracional y deseada-.
Ella sonreía al cruzar el lindero de la cordura. Contaba los pasos hacia la lírica del territorio soñado. Visión e inocencia, umbral del miedo. Todo en él podia ser imperdonable, vicioso, alucinado; pero no debía detenerse en el laberinto de los cobardes, ni recorrer sus celdillas, ni vaciar las manos. Se acercó lo suficiente para no asustarle. La línea boreal indicaba un camino de flechas envenenadas. Abrió sus labios para susurrar algo y colocó las palmas abiertas en el lado izquierdo de su pecho. Un latido confesaba lo imposible. La muerte era un sueño voraz que alimenta el silencio; había un único antídoto para la fatalidad de los condenados.
Ya no estaban solos. Imaginaron un hogar noble, sobrio, con ventanas de luz. Aquí o más alla, el amor oscilaba en sus cuerpos casi inertes. Sin saberlo siquiera, escribieron la leyenda.
Hallie
Y me he quedado sin saber qué decirte que no suene repetitivo o que se quede tan corto que parezca una respuesta de cortesía. Y he leído las respuestas de los compañeros así que mi respuesta es la misma de Marius, Luis, Guillermo, Rafel, Pilar, Ramón, Pepa, Luna, Ana, Israel, Isabel... de todos cojo algo para decirte que eres única y que me encanta leerte.
Un beso grande, amiga poeta.
Marisa, tu comentario lleno de generosidad y de aprecio me emociona mucho. Gracias por leerme con tanta sensibilidad.
Un abrazote.
Hallie
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re: Había una vez
Mi saludo de admiración y amistad.
Óscar
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