MALDITA PALABRA
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
- Miguel Alcantud
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- Registrado: Jue, 26 May 2011 9:30
MALDITA PALABRA
al otro lado del aire
y el mar me volvió la espalda.
Quise ser oído en las penumbras del alma,
en la realidad del grito,
en el camino infinito de tu santuario,
y me encontré con el tiempo
escrito a las puertas de tu palabra.
Quise hacer del calendario
el fin de los sueños
y encontré tu casa vacía,
y mi casa,
y tu recuerdo de nuevo fue recuerdo,
y las manos volvieron
al infierno de sentir la arena en tu desierto.
Quise caminar despierto entre tus ojos
y hallé tu mirada cerrada en la soledad,
marchita,
trepando las rejas de los olvidos.
Quise sentir tu latido en mis manos,
el roce de tus labios y el abrigo de tu cuerpo,
el viento entre tus brazos,
y la tarde cómplice marchando con el sol
a la distancia.
Quise cambiar realidad por destino,
y ese desatino quebró los cristales
del tiempo dormido en tu mirada
y tu cuerpo fue estatua de sal
varada en la playa del olvido,
abandonada,
devuelta a las horas del miedo.
Quise dejar de escribir
y sentir el calor de mis versos de fuego,
tu dios y tu cielo en el vuelo del alma,
quise ser verdad…
Soledad…
maldita palabra.
- Marisa Peral
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Re: MALDITA PALABRA
Miguel Alcantud escribió:
Quise lanzar la voz
al otro lado del aire
y el mar me volvió la espalda.
Quise ser oído en las penumbras del alma,
en la realidad del grito,
en el camino infinito de tu santuario,
y me encontré con el tiempo
escrito a las puertas de tu palabra.
Quise hacer del calendario
el fin de los sueños
y encontré tu casa vacía,
y mi casa,
y tu recuerdo de nuevo fue recuerdo,
y las manos volvieron
al infierno de sentir la arena en tu desierto.
Quise caminar despierto entre tus ojos
y hallé tu mirada cerrada en la soledad,
marchita,
trepando las rejas de los olvidos.
Quise sentir tu latido en mis manos,
el roce de tus labios y el abrigo de tu cuerpo,
el viento entre tus brazos,
y la tarde cómplice marchando con el sol
a la distancia.
Quise cambiar realidad por destino,
y ese desatino quebró los cristales
del tiempo dormido en tu mirada
y tu cuerpo fue estatua de sal
varada en la playa del olvido,
abandonada,
devuelta a las horas del miedo.
Quise dejar de escribir
y sentir el calor de mis versos de fuego,
tu dios y tu cielo en el vuelo del alma,
quise ser verdad…
Soledad…
maldita palabra.
Otro cero que me llevo para que suba este hermoso poema.
A veces nos empeñamos en cambiar las cosas para ahuyentar la soledad, pero es terca y permanece anclada en nuestro interior.
Me ha gustado mucho este poema, Miguel.
Abrazos, compañero.
Marisa Peral Sánchez
- Lila Manrique
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- Miguel Alcantud
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Re: MALDITA PALABRA
Muchas gracias por tus palabras Marisa. Un abrazoMarisa Peral escribió:Miguel Alcantud escribió:
Quise lanzar la voz
al otro lado del aire
y el mar me volvió la espalda.
Quise ser oído en las penumbras del alma,
en la realidad del grito,
en el camino infinito de tu santuario,
y me encontré con el tiempo
escrito a las puertas de tu palabra.
Quise hacer del calendario
el fin de los sueños
y encontré tu casa vacía,
y mi casa,
y tu recuerdo de nuevo fue recuerdo,
y las manos volvieron
al infierno de sentir la arena en tu desierto.
Quise caminar despierto entre tus ojos
y hallé tu mirada cerrada en la soledad,
marchita,
trepando las rejas de los olvidos.
Quise sentir tu latido en mis manos,
el roce de tus labios y el abrigo de tu cuerpo,
el viento entre tus brazos,
y la tarde cómplice marchando con el sol
a la distancia.
Quise cambiar realidad por destino,
y ese desatino quebró los cristales
del tiempo dormido en tu mirada
y tu cuerpo fue estatua de sal
varada en la playa del olvido,
abandonada,
devuelta a las horas del miedo.
Quise dejar de escribir
y sentir el calor de mis versos de fuego,
tu dios y tu cielo en el vuelo del alma,
quise ser verdad…
Soledad…
maldita palabra.
Otro cero que me llevo para que suba este hermoso poema.
A veces nos empeñamos en cambiar las cosas para ahuyentar la soledad, pero es terca y permanece anclada en nuestro interior.
Me ha gustado mucho este poema, Miguel.
Abrazos, compañero.
- Miguel Alcantud
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