VESTIDA DE HIEDRA

[Miguel Alcantud]

Asómate al balcón de mi palabra
y siente como invade la mañana
tu boca lentamente,
vístete de hiedra entre mis brazos
y cúbreme de piel
tan dulcemente como sientas
que te quiero,
apasionadamente escrita
entre los dedos prolongados de mi sueño.

Ven a verme ahora
que aún tus labios me recuerdan,
que aún tus lágrimas anuncian mediodías,
que todavía quedan ansias en el aire
pendientes de sonrisas,
que aún me llegan ternuras
desnudas de reproches
y las noches se han marchado y no te has ido.

Ven a mi cuerpo
tibio aún entre tus dedos,
con el sabor del alma que te implora
en la delgada línea que resiste tu desnudo,
con la mirada escrita
en las hojas de tu frente
y el vaivén del miedo
diferente en el cielo bordado de tu luna.

Ven a mecer la cuna del verso caprichoso
que esta mañana quiere
la luz y la tiniebla,
la tierra, el mar, y hasta el infierno
con tal de que te asomes a mi boca
y enloquecer contigo en cada beso,
y sentir que me vives,
y vivir soñando que te siento.

[Pilar Morte]

Un hermoso poema vestido de conseguidos versos.
Abrazos
Pilar

[Miguel Alcantud]

Un hermoso poema vestido de conseguidos versos.
Abrazos
Pilar

Muchas gracias Pilar. Un placer verte por aqui

[Josefa A. Sánchez]

Asómate al balcón de mi palabra
y siente como invade la mañana
tu boca lentamente,
vístete de hiedra entre mis brazos
y cúbreme de piel
tan dulcemente como sientas
que te quiero,
apasionadamente escrita
entre los dedos prolongados de mi sueño.

Ven a verme ahora
que aún tus labios me recuerdan,
que aún tus lágrimas anuncian mediodías,
que todavía quedan ansias en el aire
pendientes de sonrisas,
que aún me llegan ternuras
desnudas de reproches
y las noches se han marchado y no te has ido.

Ven a mi cuerpo
tibio aún entre tus dedos,
con el sabor del alma que te implora
en la delgada línea que resiste tu desnudo,
con la mirada escrita
en las hojas de tu frente
y el vaivén del miedo
diferente en el cielo bordado de tu luna.

Ven a mecer la cuna del verso caprichoso
que esta mañana quiere
la luz y la tiniebla,
la tierra, el mar, y hasta el infierno
con tal de que te asomes a mi boca
y enloquecer contigo en cada beso,
y sentir que me vives,
y vivir soñando que te siento.

Todo me ha gustado, pero lo que señalo me ha llegado especialmente. Un gusto pasar.
Un abrazo.
Pepa

[Miguel Alcantud]

Asómate al balcón de mi palabra
y siente como invade la mañana
tu boca lentamente,
vístete de hiedra entre mis brazos
y cúbreme de piel
tan dulcemente como sientas
que te quiero,
apasionadamente escrita
entre los dedos prolongados de mi sueño.

Ven a verme ahora
que aún tus labios me recuerdan,
que aún tus lágrimas anuncian mediodías,
que todavía quedan ansias en el aire
pendientes de sonrisas,
que aún me llegan ternuras
desnudas de reproches
y las noches se han marchado y no te has ido.

Ven a mi cuerpo
tibio aún entre tus dedos,
con el sabor del alma que te implora
en la delgada línea que resiste tu desnudo,
con la mirada escrita
en las hojas de tu frente
y el vaivén del miedo
diferente en el cielo bordado de tu luna.

Ven a mecer la cuna del verso caprichoso
que esta mañana quiere
la luz y la tiniebla,
la tierra, el mar, y hasta el infierno
con tal de que te asomes a mi boca
y enloquecer contigo en cada beso,
y sentir que me vives,
y vivir soñando que te siento.

Todo me ha gustado, pero lo que señalo me ha llegado especialmente. Un gusto pasar.
Un abrazo.
Pepa

Gracias Pepa. Un placer sentirte entre mis palabras.