que las amapolas han florecido hoy todas amarillas,
que surcaban las veredas a lomos de los ciempiés,
que batían records de arcoiris buscando el nido de tí.
Podría decirte
que nada hizo presagiar el parimiento de la jilguera en enero,
que todo nos vino a botepronto, sin espacio entre las comas,
sin nada que prometiera el vuelo de las mariposas azules.
Podría...
pero mejor me callo y dejo que las hormigas
cuenten de la constancia en la semilla que plantamos
- ¿recuerdas ? -
al resquicio de la nube.
Espero su nacimiento cuando sombree la luna.
Si quieres,
vienes,
hay sitio para otro hombro.
( Hoy son mejores los cantos que alegren el alma, la mía al manos, Alicante tiene frío y yo también en este quince de enero de dos mil trece)