DILE QUE NO ESTOY

[Ramón Carballal]

Tienen mucha fuerza estos versos, Liz. Un buen poema que he disfrutado. Besos.

[Liz Barrio.]

el tiempo se desliza roto, en abandono, hacia la noche, mientras el amor se esconde en el olvido, o detrás del miedo de un viernes, de un otoño...sobrecoge el cierre , la aceptación de la fatalidad mientras el amor se niega a marcharse por las ruinas de la puerta falsa...

precioso poema, Liz, lo he disfrutado mucho. Un abrazo.

Mucho me alegra recibir tu comentario, Toño. Lo aprecio y agradezco de todo corazón.
Recibe un abrazo muy fuerte

[Liz Barrio.]

Un escalofriante duelo en desafío que mide el dolor
del desamor, que se pierde en el tiempo y termina en el exilio.

Un placer de lectura porlas formas, el fondo triste.

un abrazo

Gracias por leerme, Guillermo. Es un gusto grande recibirte por aquí.
Abrazos para ti

[David V. Estrada]

El amor o la pasión o no sé qué diablos que nos escarcha el pensamiento por la noche y nos causa arremetidas de lava estallándonos las venas en los medios días, es eso de extraño que nos pone así de irresolusos sobre las pobres armas de nuestra poca sapiencia. Y el corazón
no sabe de medidas, porque es como un narcotizado al borde del colapso con las palabras en la boca como un niño que inocente externa y cita palabra por palabra, el evangelio del ángel
del mal que ha usurpado el lugar de su ángel de la guarda.

Es curiosa la segunda estrofa, de pronto al inicio me costó trabajo, pero no eras tú, era yo que no le sé a la caja de velocidades. Ya después avante y sin saber cómo le hiciste comprendí al momento y fue catársis y lo que le sigue. Encontrándome en la casa interna del perdón, la conmiseración no sabe de horarios pero a punta de lágrimas y ensordecidos gritos del pasado en que nos fuimos y en fantasma, la versión inmediata de nuestra vida pasada, la de hace algunas horas, días o años, sabemos cobrar la afrenta y la herida nos sabe hermanos y sabemos que nos cae el día en que no hay punto de retorno, hay raíces que fueron arrasadas por la erosión de la mentira.

Ya el final me sabe a bolero. Porque así en la musicalidad se presienten y se viven los finales. Arremetidos y suicidas. A veces, muchas cosas son mejores cuando encontramos ese caudal de antimateria que nos brinda y nos regala el olvido. Ojalá que lo vendieran por docena, a granel o por litro, para beberlo como alcohol y alcoholizarnos de olvido, pero no se puede, pero sí se puede y sale muy pero muy caro.