¡Oh Jesús, rey bueno!
en esta navidad quiero ver la pura alba,
el fruto que sale de tu boca dulcemente
de reconciliación!
Tal caminas tú
de rodillas a Dios rogando
por la pureza del alma, así me inclino
a tus pies para rogarte:
¡Oh, ángelus mío, por un nuevo despertar!
Quiero libar ya mismo
el fruto pulposo de tu altar.
¡Cuán cerca está,
mas se esfuma en la herejía humana!
Las bocas todas se deleitan al besar
tu miel etérea… alada…
y aunque se queda en la nada
cual quien lame besos soñados
te honran y te exaltan en poesía oracional.
Quiero ver tu árbol arbolado como si fuera
la Pascua de cuaresma
en aras de la resurrección,
donde las faces sin luz del mundo
alégrense de juventud
ya célicos, ya libres de hedor. Y así,
con la misma bondad con que nos unges tú
juro:
dar mis besos todos a la par de tu alba pura
para enriquecernos de amor
de paz airosos…gloriosos de paz…
¡Con tal que así sea a Dios se lo pido de rodillas!
Mariluz Reyes
